Ion Olaeta y Alicia García-Franco son, respectivamente, presidente y directora general de la Federación Española de Reciclaje (FER), el principal representante del sector de la recuperación y reciclado de bienes fuera de uso, como vehículos, aparatos eléctricos y electrónicos, envases metálicos, neumáticos o baterías de plomo. Desde fechas recientes, ambos son también vicepresidente de la patronal europea de reciclaje de acero (EFR) y vicepresidenta de la nueva Confederación Europea de las Industrias del Reciclaje (EuRIC). Por primera vez, dos españoles ocupan un cargo directivo en asociaciones europeas de la citada industria, un reconocimiento a la labor realizada en estos últimos años, según sus protagonistas. En esta entrevista, ambos expertos explican la evolución de este tipo de reciclaje en España, su situación actual y sus perspectivas de futuro. Según Olaeta y García-Franco, España es uno de los países de la UE con mejores cifras del reciclaje de estos residuos, pero advierten de sus desafíos, como combatir las tramas ilegales o coordinar mejor a los distintos protagonistas de la cadena para aumentar las tasas de recuperación y reciclaje.
“El 90% del acero producido en España tiene como materia prima la chatarra”Ion Olaeta: Muchos. Somos la principal mina de España. Nuestro sector es responsable de que se reciclen al año más de siete millones de toneladas de residuos metálicos de origen español. Gracias a ello, España es uno de los países de Europa con un mayor peso del acero reciclado. El 90% del acero producido en España tiene como materia prima la chatarra, el 50% del cobre o aluminio o, incluso, el 100% del plomo. Hace 25 años cerró Peñarroya, la última mina de plomo española, y, aún así, la producción de materiales que lo contienen (baterías de automoción principalmente) se ha mantenido. También somos responsables del reciclado de gran parte de la madera, fruto de la generalización de los muebles hechos con serrín, o de que la calefacción con biomasa (pellets) sea una realidad para calentar casas. Damos trabajo de forma directa a más de 30.000 personas y generamos casi 110.000 empleos indirectos. La industria española del reciclaje está cerca del punto porcentual del PIB. Es un sector crucial para la economía española aunque, en muchos casos, la sociedad y los políticos lo ignoren. Si España avanza hacia una economía circular, lo hace en parte gracias a este sector.
Alicia García-Franco: Poco puedo añadir. La importancia de nuestro sector es clave y cada vez se reconoce más.
AGF: España ha experimentado un gran avance de las instalaciones y los procedimientos de reciclaje. En estos últimos 15 años, han aparecido dos leyes básicas de Residuos y una gran multitud de reglamentaciones de campos específicos, como los vehículos fuera de uso (VFU), los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), los neumáticos, los envases, etc.
IO: La reconversión del sector ha permitido que los porcentajes de reciclaje sean cada vez mayores y que en campos como el reciclaje de vehículos, de electrónica o de otros materiales estemos entre los países de Europa con mejores datos.
IO: Depende del bien fuera de uso. En el caso de los VFU, somos de los pocos países en los que el objetivo de reciclaje y valorización se ha logrado sin imponer una nueva tasa a los ciudadanos, ya que el valor final del vehículo financia el coste de su descontaminación y reciclado. Por el momento, cumplimos con los porcentajes de reciclaje que marca Europa y lo hacemos con unos costes mucho más reducidos que los de algunos de nuestros vecinos europeos.
AGF: En general, estamos al mismo nivel que nuestros vecinos europeos e, incluso, como indica Ion, en algunos casos, con ventaja.
IO: Sí. Las fábricas producen menos material para reciclar y los consumidores estiran mucho más sus aparatos. Ha vuelto el sector de la reparación de electrodomésticos. No obstante, 2014 está siendo algo mejor que 2013, aunque me temo que nos llevará unos años retomar unos niveles de actividad más adecuados a un país del tamaño del nuestro.
AGF: En los últimos tres años, ha habido más desmantelamientos de empresas y de industrias. Si bien se cuenta con material para reciclar, esa fábrica no volverá a ponerse en marcha y, por tanto, no volverá a producir residuos para reciclar.
“España cumple con los porcentajes de reciclaje que marca Europa y lo hace con unos costes mucho más reducidos que algunos de nuestros vecinos europeos”
AGF: Hay más noticias, pero se están haciendo más esfuerzos para acabar con esta lacra. Desde la FER colaboramos desde hace mucho tiempo con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Formamos parte de la iniciativa europea Pol-Primett, en la que están las Policías de toda Europa y representantes del sector oficial y legal del reciclaje. Cada vez se conocen mejor las formas de actuar de los delincuentes y se les persigue de forma más efectiva. Todo el sector ha adoptado controles para impedir que los operadores ilegales blanqueen el material en el sector oficial y se denuncia cualquier actividad fraudulenta detectada. Por desgracia, en muchos casos, las comunidades autónomas, tal vez debido a los recortes, no persiguen con efectividad estas operaciones ilegales. Alguna vez nos han reconocido que es mucho más peligroso y, además, suelen ser individuos insolventes.
IO: Tiene mucho más impacto mediático que dejen a toda una barriada sin luz o que paren el AVE, pero las principales víctimas silenciosas somos nosotros. Nuestros camiones tienen que llevar dos conductores para dificultar los asaltos y nuestras plantas tienen vigilancia 24 horas. Los ladrones prefieren robar en una planta de reciclado, donde pueden tomar el material ya procesado, o incluso robarlo en el camión camino de la fundición. A veces se ha difundido que el 70% de los RAEE son un turbio sistema de gestión y exportación ilegal. Nada más lejos de la realidad. Un tercio está bajo convenio de los Sistemas Integrados de Gestión (SIG) de los fabricantes de equipos, otro tercio se recicla sin convenio con SIG y otro tercio desaparece de los flujos legales.
IO: Trabajamos para que así sea. Pero para ello se tiene que dar a nuestro sector su importancia como artífice del reciclaje real de esos residuos. En cuanto a los Residuos Urbanos, además de nosotros, intervienen muchos organismos e instituciones, como ayuntamientos, distribución, empresas de limpieza, etc., con intereses a veces contrapuestos y en ocasiones alejados del aprovechamiento de los residuos, lo que puede en muchas ocasiones condicionar la reciclabilidad de los materiales. En la medida en la que se permita una acción más directa de los recicladores con los productores de los residuos, se lograrán tasas de reciclaje mayores.
“No se debería permitir que fuesen a vertedero materiales que no pasaron antes por una planta de reciclaje”AGF: Desde la FER tratamos de simplificar los trámites y potenciar el reciclaje. No se debería permitir que fuesen a vertedero materiales que no pasaron antes por una planta de reciclaje. No se debería aplicar la misma fiscalidad o tasas al residuo que va directamente a un vertedero que al que viene de una planta de reciclaje. También se debería trabajar para mejorar la recogida de residuos entre todos los operadores de la cadena (productores, ciudadanos, municipios, plantas de selección y recicladores).
AGF: El consumidor tiene un papel fundamental, debe tomar conciencia de ello y asumir su parte de responsabilidad. De su decisión de compra depende en gran medida el tipo de productos que se fabrican, a la vez que condiciona el resultado de la gestión de los productos al final de su vida útil. Si compra un mueble de madera reciclada, dinamiza el mercado del reciclaje de madera. Al desechar un ordenador, lo puede llevar a la distribución para que lo gestionen, al punto limpio municipal o a una planta de reciclado autorizada. Si lo abandona en la calle o lo tira al cubo de la basura, lo condena en gran medida al vertedero o, en el mejor de los casos, a un mediocre reciclado. Si colaboramos todos, el reciclado aumentará y su coste será menor.
IO: Yo invitaría a los ciudadanos a conocer el camino de sus productos tras desecharlos. Al tomar conciencia de esa capacidad de convertir esos productos en otros nuevos con material reciclado, reducimos nuestro impacto en el entorno y conseguimos que el desarrollo sostenible sea día a día un poco más alcanzable.