El borrador del programa de investigación sobre cambio climático, anunciado por el presidente de EE.UU., George W. Bush, cuando comunicó su rechazo a la ratificación del Protocolo de Kioto alegando incertidumbres científicas, ha recibido críticas muy fuertes en un informe de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, solicitado por la propia Administración republicana. Es la segunda vez en menos de dos años que esa prestigiosa institución científica pone en evidencia al Gobierno de Bush en esta materia.
El máximo responsable de este programa de investigación, James Mahoney, señaló el pasado mes de octubre en Washington que el objetivo del plan es despejar las dudas sobre la posibilidad de que el calentamiento global esté cambiando el clima, ya que, a su juicio, «no hay ninguna evidencia sólida». Ahora, tras revisar el borrador del programa, los diecisiete especialistas de la Academia de Ciencias concluyen que éste carece de la mayoría de los elementos exigibles a un plan estratégico y subrayan que sus objetivos no podrán alcanzarse sin una inyección superior de fondos.
El informe elaborado por este grupo independiente de especialistas es tan crítico con el plan que insta a «revisarlo sustancialmente». Para empezar, precisa que deberían articularse con más claridad todos los objetivos, lo que debería ir acompañado de mecanismos para evaluar los progresos y un calendario preciso.
Resultados inciertos
Según este panel, dirigido por Thomas E. Graedel, profesor de ecología industrial en la Universidad de Yale, muchas de las actividades científicas incluidas en este plan, aunque son importantes, probablemente no podrán producir los resultados deseados en un plazo de dos o cuatro años, como pretende la Administración Bush para tomar decisiones políticas y económicas relacionadas con el calentamiento del planeta.
El documento subraya que es muy necesario el desarrollo de modelos para predecir el impacto a nivel regional del cambio climático, puesto que serán esenciales para las autoridades locales de Estados Unidos. Por ejemplo, las comunidades de regiones costeras podrían necesitar la construcción de barreras en el litoral para hacer frente a una subida del nivel del mar.
Otra de las críticas vertidas es que el borrador «tiene serias lagunas cuando plantea el análisis de los efectos del cambio climático en las poblaciones y los ecosistemas». Además, el comité añade que el plan pierde «una oportunidad para mejorar la cooperación con otros países en la investigación del cambio climático» debido a que está demasiado enfocado en Estados Unidos y sus problemas. El informe también recalca que el plan incluye muy pocas actividades científicas a nivel internacional.
James Mahoney reconoció la dureza de las críticas, pero declaró que los comentarios del informe son bienvenidos y algunos quedarán reflejados en el plan definitivo, que se presentará en abril próximo. En el aspecto positivo de este análisis, los expertos procedentes del mundo académico, la industria y de organizaciones medioambientales privadas destacan que el plan puede ser una sólida base para nuevas iniciativas científicas relevantes y subrayan el énfasis realizado en la necesidad de la investigación para estudiar este grave problema.