Una investigación publicada en la revista especializada «Nature Geoscience» revela que la concentración de amoniaco en la atmósfera, debida principalmente a la intensificación de la agricultura, ha estado subestimada en el hemisferio norte.
«En la atmósfera, el amoniaco (NH3) acelera la formación de partículas, reduciendo la calidad del aire», señalan investigadores de la Universidad Libre de Bruselas y de la Universidad Pierre y Marie Curie de París. «Las concentraciones elevadas de amoniaco afectan a la fauna, la flora y la calidad del aire a nivel local», afirma el Centro Nacional de la Investigación Científica.
El Interferómetro Atmosférico de Sondas Infrarrojas (IASI) del satélite «Metop», utilizado para estas mediciones, ha permitido dibujar el primer mapa global de fuentes de amoniaco. Los resultados indican que las mayores concentraciones están por encima del 30º paralelo norte y las regiones más afectadas son aquellas con una fuerte densidad de población agrícola, especialmente India y China, pero también en los valles del Po (Italia) y del Ebro (España), las regiones de San Joaquín en California y el Snake River Valley en Idaho (Estados Unidos), así como el valle de la Ferghana en Uzbekistán.
El amoniaco atmosférico es consecuencia principalmente de los excrementos del ganado (39%), fuentes naturales (19%), los abonos a modo de amoniaco (17%) y la combustión de la biomasa (13%).
Los investigadores recuerdan que a pesar de las reglamentaciones en algunos países desarrollados, el total mundial de las emisiones de NH3 se ha casi duplicado entre 1860 y 1993 y podría aún duplicarse de aquí a 2050. Esto provocará «una cascada de problemas medioambientales«, alertan.