La Conferencia de las Partes del Convenio de Diversidad Biológica de la ONU terminó esta madrugada en Curitiba (Brasil) con el compromiso de la comunidad internacional de impulsar una norma para frenar la pérdida de biodiversidad y evitar la «biopiratería».
Con esta norma, que sería una realidad antes del año 2010, se pretende además garantizar que los beneficios derivados de la explotación de los recursos genéticos alcancen a las comunidades indígenas o locales donde se encuentran.
Fuentes de la delegación española han valorado como «razonablemente importantes» los resultados de la reunión. Han destacado que se han impulsado nuevos instrumentos de trabajo para conocer el estado de la diversidad biológica en cada país y las posibilidades de alcanzar el principal objetivo del Convenio: frenar la pérdida de biodiversidad en el año 2010.
El director general de Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente español, José Luis Herranz, ha destacado los trabajos que durante los próximos meses van a comenzar a realizarse de cara a la implantación, en el marco de esa norma, de «certificados de origen» de los recursos genéticos, que garantizarán en el futuro que un producto obtenido a partir de un recurso genético (procedente de plantas, animales o microorganismos) ha seguido un procedimiento legal desde el principio.
Entre los aspectos vinculantes que incluirá esa norma destaca que el acceso a los recursos genéticos deberá contar con el consentimiento previo del país y de la comunidad indígena o local donde se localizan, y que las condiciones de explotación se fijen de mutuo acuerdo.