La cumbre de Durban (COP17), que ha tenido lugar en esta ciudad sudafricana, alcanzó en el último momento un acuerdo sobre cambio climático que fija la hoja de ruta para un pacto global sobre recorte de emisiones, aunque postergó las medidas necesarias para combatir el calentamiento del planeta.
Este acuerdo se registró tras maratonianas negociaciones que prolongaron la conferencia en 36 horas y que se recibió con alivio después de que las diferencias entre la Unión Europea (UE), Estados Unidos, China y la India estuvieran a punto de hacer descarrilar el proceso. «Este es un momento histórico», declaró en una rueda de prensa el ministro polaco de medioambiente, Macin Korolec, cuyo país ocupa la presidencia semestral de la UE, con gesto cansado después de horas de conversaciones.
La UE, respaldada por una coalición de los Países Menos Desarrollados y de la Asociación de pequeños Estados Isleños (AOSIS) logró imponer su postura a las potencias emergentes y a Estados Unidos para alcanzar un acuerdo global que incluye a los principales emisores. Este acuerdo, que debe ser adoptado en 2015 y entrar en vigor en 2020, era la condición impuesta por la UE para sumarse a un segundo periodo del Protocolo de Kioto, que expira en 2012 y que ahora se prolongará hasta 2017 o 2020. Rusia, Japón y Canadá han decidido no formar parte del segundo periodo de compromiso del único tratado vigente sobre reducción de emisiones, que obliga solo a las naciones industrializadas, excepto a Estados Unidos.
Sin embargo, Bruselas no consiguió su objetivo de obtener un marco legal sólido para obligar a los grandes emisores a cumplir sus compromisos y dejó para la próxima cumbre, que tendrá lugar en Catar en noviembre de 2013, la discusión sobre recortes de emisiones más ambiciosos. «Al final todo terminó bien», declaró a la prensa el negociador estadounidense Todd Stern, quien afirmó que la «Plataforma de Durban es la pieza del rompecabezas que le faltaba al Protocolo de Kioto». El acuerdo de Durban también deja para Catar la captación del dinero necesario para nutrir el Fondo Verde para el Clima. A partir de 2020 el fondo debe proporcionar a los países más desfavorecidos 100.000 millones de dólares anuales para hacer frente a los estragos del cambio climático.
Oxfam/Intermon advirtió de que «la falta de un acuerdo ambicioso tendrá dolorosas consecuencias para los pobres del mundo entero. Un aumento de temperaturas de cuatro grados centígrados puede suponer la destrucción total para los pobres agricultores que sufrirán más hambre y pobreza». La comunidad científica cree además que los recortes de emisiones actuales no impedirán que la Tierra se caliente a finales de siglo por encima de los dos grados centígrados considerados peligrosos y sería necesario recortar en un 50% los gases de efecto invernadero para 2050.