La conferencia de Naciones Unidas sobre el clima que se ha desarrollado en Cancún (México) ha permitido alcanzar un acuerdo para crear un fondo conjunto de 100.000 millones de dólares -unos 75.500 millones de euros- para el año 2020, cuyo objetivo será proteger los bosques tropicales y potenciar las energías ecológicas.
La aprobación del «Fondo Climático Verde» supone, a juicio de la ministra de Exteriores mexicana, Patricia Espinosa, «una nueva era de cooperación internacional en la lucha contra el cambio climático». El acuerdo se ha firmado a pesar del rechazo expresado por Bolivia, que entiende que los objetivos alcanzados en la cumbre distan de exigir a los países desarrollados los sacrificios necesarios para recortar sus emisiones de gases contaminantes hasta un nivel aceptable.
La oposición de Bolivia no ha impedido la firma de la declaración de objetivos, ya que el consenso no tiene por qué ser unánime, como recordó Espinosa, quien admitió que se trata de una fórmula necesaria para impedir el fracaso de las negociaciones. En este sentido, la ministra de Exteriores reconoció que «el texto es lo mejor que se podía lograr». No obstante, el acuerdo se limita a recomendar la puesta en marcha de nuevas negociaciones para ampliar el Protocolo de Kioto, que actualmente obliga a 40 países ricos a recortar sus emisiones de gases de efecto invernadero hasta 2012.
Japón, Rusia y Canadá han asegurado que no se extenderá el Protocolo de Kioto e insisten en un tratado nuevo y más amplio de las Naciones Unidas en los próximos años que incluya objetivos de emisiones vinculantes para otros países, incluidos China, Estados Unidos e India. No obstante, los más de 190 países firmantes se comprometen a contribuir al desarrollo de tecnologías ecológicas en países en vías de desarrollo con vistas a su perfeccionamiento en la cumbre del año próximo en Durban (Sudáfrica). También se contempla la creación de un plan forestal de Reducción de Emisiones de la Deforestación y la Degradación Forestal (REDD) destinado a la financiación de proyectos en países en vías de desarrollo que emplean las plantas para absorber dióxido de carbono.
Los participantes consideran positivos los acuerdos alcanzados, pese a «las modestas expectativas», que han dado paso «a resultados prometedores, ya que la cumbre de Cancún ha terminado con un nuevo, pero frágil, acuerdo climático internacional», resumió la directora de los programas energéticos del World Resources Institute (WRI), Jennifer Morgan. «Bajo el ojo vigilante y la contundente gestión de la presidencia mexicana, los delegados han acordado el establecimiento de una plataforma internacional para la acción climática, con lo que se reconoce a su vez que hace falta trabajar mucho más para contener el cambio climático», apuntó.