Hoy comienza en Montreal la XI Conferencia de las Partes del Convenio del Cambio Climático, en la que se analizará el nivel de cumplimiento de los compromisos del Protocolo de Kioto, casi un año después de su entrada en vigor.
España acude a la ciudad canadiense con las peores calificaciones. De hecho, ha incrementado sus emisiones de gases contaminantes en un 45,6% en 2003 (año de control) respecto a 1990 (año de partida). Esta cifra es tres veces más alta de lo que el acuerdo mundial le permite a nuestro país (15% hasta 2012).
Por eso, será también uno de los países que más dinero gaste en la bolsa mundial de compraventa de derechos de emisión. Es decir, las empresas españolas comprarán a otros países derechos de contaminación que no ejercen por falta de tejido industrial.
El secretario general para la Prevención de la Contaminación y el Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente, Arturo Gonzalo Aizpiri, aseguró antes de partir que en España «nuestras emisiones van mal, aunque ya hemos empezado a hacer nuestros deberes», entre los que destacó la aprobación del Plan Nacional de Asignación de los Derechos de Emisión.
Objetivos más ambiciosos
En Montreal se pondrá de manifiesto que Kioto, sin ser un fracaso total, demanda objetivos más ambiciosos. Un estudio de la Oficina de Cambio Climático de la ONU que se analizará en esta cumbre, confirma que las 39 naciones más desarrolladas del mundo han reducido en su conjunto un 5,9% de los gases de efecto invernadero.
Gonzalo Aizpiri defenderá en Montreal que la Unión Europea (UE) cuantifique las obligaciones de reducción de gases más allá del año 2012 y que los países emergentes empiecen a tener compromisos de reducción, ya que en 2030 la mitad de las emisiones corresponderá a estas naciones, como China o Brasil.
Esta postura es defendida también por Canadá, Japón y Nueva Zelanda, pero EE.UU. (que sigue sin firmar el Protocolo) continúa presionando para que no haya acuerdos de compromisos, sino únicamente de voluntades. «No los necesitamos. Muchas de las iniciativas con más consecuencias (para la reducción de emisiones) se han producido al margen del proceso del tratado», ha asegurado James Connaugthon, principal consejero del presidente de los EE.UU., George W. Bush, sobre asuntos medioambientales.
Para el ministro de Medio Ambiente de Canadá, Stephane Dion, «no hay más elección que actuar». Dion advierte de que el calentamiento provocado por el hombre podría originar más huracanes, inundaciones, sequías y el aumento del nivel del mar en casi un metro para 2100. El cambio climático «es la peor amenaza a la que se enfrenta el mundo desde una perspectiva medioambiental. Está poniendo en peligro nuestra relación con el planeta», añade.