La novena reunión de las partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que se celebra en la ciudad italiana de Milán, inició ayer la fase de alto nivel, aquella en la que se dan cita los ministros y altos cargos de más de 80 países.
En la jornada de ayer, el siempre polémico tema de los organismos genéticamente modificados (OGM´s) o transgénicos entró de lleno en el debate sobre el modo de aplicar las actividades recogidas en el llamado Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) a proyectos de reforestación para absorber dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera.
El MDL, que se estableció en el Protocolo de Kioto, permite a los países con objetivos de reducción que financien medidas de protección del clima en países en vías de desarrollo, descontarse unidades de dióxido de carbono de su cuenta de emisiones. Dentro de este apartado entran los llamados «sumideros» de carbono; esto es, utilizar los bosques y otros cultivos para absorber CO2.
Ayer se definieron qué proyectos son susceptibles de incluirse en este apartado. La novedad es que «no se excluye la posibilidad» de que árboles y cultivos genéticamente modificados «puedan ser utilizados en el futuro» dentro de este mecanismo, según explicaron fuentes de la delegación española en la reunión. Países como Canadá, Argentina y China, que se benefician al plantar cultivos genéticamente modificados, se inclinaban por su inclusión, mientras que las naciones más reacias a los transgénicos se oponían.
Las mismas fuentes indicaron que en los primeros niveles de la negociación, la Unión Europea (UE) y países como Noruega y Suiza se oponían, pero finalmente los requisitos que se fijaron, basados en los protocolos de biodiversidad y bioseguridad, les llevaron a apoyar el acuerdo.