La desertificación causa cada año una pérdida total de 12 millones de hectáreas, según datos recogidos por la ONG World Vision con motivo de la celebración del Día Mundial contra la Desertificación y la Sequía, que tiene lugar este domingo 17 de junio, con el objetivo de «sensibilizar a la población de las terribles consecuencias de esta amenaza».
La ONG ha advertido de que se trata de un mal que afecta a más de 110 países en el mundo y que «afecta significativamente a los países más desfavorecidos de África, donde dos tercios del continente es desierto o zona árida, y en zonas de América Latina especialmente áridas como el Chaco Boliviano». «Mientras la desertificación cuesta a la economía mundial unos 42 billones de dólares cada año, el coste humano es incalculable», ha apostillado. Unos 135 millones de personas -el equivalente a la población total de Francia y Alemania- se encuentran así en peligro de ser desplazadas.
Organizaciones de desarrollo como Word Vision estiman que por cada dólar invertido en la lucha contra la degradación de la tierra y desertificación se podrían generar unos tres dólares de beneficios económicos, lo que «ayudaría a luchar contra la pobreza entre los millones de personas que viven en estas frágiles tierras», ha añadido. También ha recordado que «esta amenaza afecta a países desarrollados, como es el caso de España -el más afectado de Europa-. Por ello, apuesta por la sensibilización de la población, desde niños, con «proyectos para informar y concienciar sobre las consecuencias de la desertificación y plantear soluciones a los efectos de la sequía».
Además de esta labor formativa y de sensibilización, World Vision tiene en marcha varios proyectos de desarrollo en las zonas más afectadas de África y América Latina que se concretan en la reforestación de bosques, el fomento de cultivos con riego más eficiente, como sistemas de micro riego, el uso de insecticidas y abonos orgánicos, el fomento de cultivos menos intensivos en agua, depósitos de agua comunitarios, sistemas familiares de recogida de agua de lluvia, canalizaciones de agua y el uso de estufas solares.