La nueva Directiva de Registro de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE), que entró en vigor el pasado 1 de julio, pretende eliminar de la fabricación de los aparatos eléctricos las sustancias tóxicas que actualmente se emplean de manera común.
Tal y como manifiesta la Fundación ECOTIC esto repercutirá en el futuro de manera beneficiosa en el bolsillo del consumidor, ya que la tasa de reciclaje que actualmente se paga al comprar un aparato eléctrico disminuirá, con lo que los precios de los productos serán más económicos.
El objetivo de esta ley es eliminar las sustancias tóxicas y contaminantes que se emplean en la fabricación de electrodomésticos y otro tipo de aparatos. Con esto el proceso de reciclaje se simplifica y abarata y así el coste añadido que los consumidores pagan en la actualidad por este concepto a la hora de comprar uno de estos aparatos se verá reducido.
Según esta normativa las sustancias que no podrán usarse en la fabricación de aparatos eléctricos serán el plomo, el cromo hexavalente, el cadmio y el mercurio, así como elementos de alta toxicidad como los halógenos.