Los osos pardos se encuentran por primera vez aislados de otras poblaciones de osos europeas, según un estudio del Centro Mixto de la Universidad Complutense de Madrid y el Instituto de Salud Carlos III de Evolución y Comportamiento Humanos.
Este trabajo, que se publica en la edición digital de la revista «Proceedings of the National Academy of Sciences» (PNAS), podría ayudar a los especialistas a desarrollar nuevas estrategias de conservación dirigidas a estos animales en peligro de extinción. Los niveles de endogamia y empobrecimiento genético, resultado de una población aislada y pequeña, representan una gran amenaza para la supervivencia de las especies.
En el estudio se ha extraído ADN de restos fósiles de oso pardo procedentes de distintos yacimientos, entre los que se encuentra el de Arlanpe en el País Vasco. Se ha comparado la genética de las poblaciones que habitaron en el pasado en la Península Ibérica con la de una de las dos poblaciones actuales que habitan en la Cordillera Cantábrica.
Según explicó Cristina Valdiosera, autora principal del trabajo, «este estudio demuestra que los osos pardos en España atraviesan, por primera vez, un periodo de aislamiento genético, que se ha sugerido para estas poblaciones en el pasado debido a cambios climáticos».
El trabajo analizó muestras cubriendo un rango temporal de aproximadamente 80.000 años hasta los actuales. «Con estos análisis esperábamos poder seguir un linaje ibérico ‘genéticamente puro’ desde el pasado hasta el presente. Sin embargo, encontramos osos con marcas genéticas que demuestran su origen en otras partes de Europa», señala Valdiosera.
Así, los investigadores han descubierto un oso procedente del yacimiento de Arlanpe, que presenta una señal genética igual a la de los osos actuales de Rusia y este de Europa. Los resultados también muestran una fuerte pérdida de diversidad genética desde finales del Pleistoceno hasta tiempos recientes.