La presión urbanística ha provocado que el 40% de la franja costera mediterránea esté ya urbanizada, y que el 16%, unos 600 kilómetros, sea costa artificial. Así aparece recogido en la Estrategia para la Sostenibilidad de la Costa, que fue presentada el pasado miercóles por el Ministerio de Medio Ambiente al Consejo Asesor de Medio Ambiente (CAMA), un órgano consultivo en el que están representadas las organizaciones ecologistas, los sindicatos, organizaciones patronales y consumidores.
La Estrategia busca frenar la ocupación masiva de la franja costera, recuperar la funcionalidad física y natural del litoral, adaptarse al cambio climático y, finalmente, cambiar el modelo de gestión de la costa.
El documento hace un diagnóstico de la situación actual de la costa, y concluye que el 32% del litoral mediterráneo necesita actuaciones de restauración o de mejora ambiental, y que el 51% de las playas (más de 500 kilómetros) requiere una intervención. En algunas comunidades del arco mediterráneo, más del 75% de los terrenos colindantes con el mar son urbanos o urbanizables, y el 57% de las playas se encuentran ya en entornos urbanizables, indica el informe, que asegura que la costa se urbaniza siguiendo el ritmo de los constructores, y no la demanda turística real.
Proliferación de puertos
La reciente ocupación del territorio por los usos urbanos es uno de los elementos clave de la dinámica espacial de muchos territorios, lo que repercute en el aumento del consumo de recursos ambientales como el suelo o el agua, asegura el documento.
Advierte además de que la proliferación de puertos, diques, espigones o muros de contención provoca la interrupción de la dinámica propia del litoral, con acumulaciones excesivas en determinados lugares y fuertes erosiones en otros.
Se ha detectado también un déficit de aporte sedimentario a las costas debido a las actuaciones realizadas en las cuencas fluviales (encauzamientos o embalses), añade el documento.
Respecto al cambio climático, apunta que en décadas se reducirá la anchura de las playas debido al aumento del nivel del mar, y que los casi 900 kilómetros de fachadas marítimas urbanas situadas en el arco mediterráneo, Andalucía occidental y en los archipiélagos están expuestos a sufrir daños significativos y crecientes por la acción del mar.
PAND
También se presentó ante el CAMA la propuesta definitiva del Programa de Acción Nacional contra la Desertificación (PAND). Este proyecto busca reforzar y coordinar todas las acciones dirigidas a la lucha contra la desertificación.
El Ministerio afirma que el PAND contribuirá a promover un desarrollo sostenible en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas españolas, previniendo la degradación de las tierras y la desertificación, y facilitando la recuperación de las zonas afectadas.
Otra iniciativa dada a conocer fue la Estrategia de Medio Ambiente Urbano, cuyos objetivos son contribuir a frenar el proceso de cambio climático; la sostenibilidad en los sistemas de transporte; la adopción de patrones de producción y consumo sostenibles; la mejora en la gestión y la prevención de la sobreexplotación de los recursos naturales; la protección y mejora de la salud pública; la solidaridad internacional; la seguridad y el incremento de la calidad de vida de los ciudadanos, y, en general, el desarrollo sostenible global y el cumplimiento de sus mandatos internacionales.