La expansión de la industria turística en el Mediterráneo está destruyendo humedales valiosos y contribuyendo al agotamiento de los recursos hídricos de los que dependen tanto las poblaciones locales como el turismo, según un informe realizado por WWF/Adena. La organización asegura que se espera que para el año 2025 la población de turistas llegue a 665 millones anuales, lo que significará una presión aún mayor para los escasos recursos.
El estudio de WWF/Adena, «Agua y Turismo en el Mediterráneo», sostiene que humedales de gran importancia, entre los que se incluyen los protegidos por el Convenio Ramsar, están siendo destruidos por la actividad turística. España, Francia, Grecia e Italia han perdido ya la mitad de sus zonas húmedas originales. De hecho, el desarrollo turístico del Levante español está amenazando zonas húmedas de importancia internacional como la Albufera de Valencia.
WWF/Adena teme también que los desarrollos turísticos planificados en el estuario Mouluya en Marruecos pongan en peligro a la amenazada foca monje y al zarapito picofino, una de las aves más raras de Europa.
El documento revela que los turistas y las infraestructuras turísticas en la región mediterránea consumen 850 litros por persona y día durante el verano, casi cuatro veces la media de consumo de gasto diario de un habitante de España. En Chipre, donde los recursos hídricos son muy limitados, están siendo construidos ocho campos de golf. Sólo uno de ellos necesita un millón de metros cúbicos de agua por año, un número equivalente al consumo de agua de una ciudad de 12.000 habitantes.
Asimismo, los sistemas de tratamiento del agua «son pobres» y están fallando a la hora de hacer frente a la creciente demanda del turismo. Esto trae como consecuencia que el agua sin tratar acabe contaminando el mar y los ríos, y amenazando a los peces y aves acuáticas como la cerceta pardilla y el pelícano ceñudo.
En este sentido, WWF/Adena insta a las autoridades a reducir sobre todo el agua que se usa durante periodos de sequía y asegurar que el desarrollo de las zonas costeras tenga en cuenta la conservación de los humedales. El informe señala que se podrían ahorrar 230.000 millones de litros si se redujera a la mitad el consumo por parte del turismo.
WWF/Adena pide también a la industria turística que instale aparatos para ahorrar agua y use agua reutilizada para abastecer infraestructuras como los campos de golf. De igual modo, «las autoridades locales deberían desarrollar políticas de ahorro de agua e incentivar estas prácticas», puntualiza el estudio.