Tras seis campañas consecutivas, los primeros mapas geológicos y geomorfológicos a escala detallada (1:10.000) de la isla de Marambio (Antártida) acaban de finalizarse. La elaboración de la primera cartografía detallada de esta referencia planetaria en cuanto a riqueza paleontológica ha corrido a cargo de un equipo de investigadores del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y del Instituto Antártico Argentino (IAA).
Localizada en las proximidades del extremo nororiental de la Península Antártica y conocida por ser uno de los lugares más visitados del continente helado, la isla de Marambio cuenta con el afloramiento más austral del mundo del límite Cretácico/Terciario y con los afloramientos del Cenozoico inferior más australes del planeta y únicos de la Antártida, que albergan un registro evolutivo extremadamente rico y responsable de que casi el 60% de las publicaciones en revistas científicas sobre paleontología antártica provengan de esta isla.
Marambio posee el primer registro del mundo de pingüinos, que data de 55 millones de años. Además, allí se han localizado varias especies nuevas de plesiosaurios marinos, el primer marsupial antártico, la primera y única, hasta la fecha, flor fósil de la Antártida, el primer mamífero ungulado antártico del Eoceno y una de las primeras aves voladoras del continente.
Importancia de este trabajo
«El estudio del registro estratigráfico de la isla es fundamental para la compresión de los cambios climáticos actuales. Esta nueva cartografía describe tanto los materiales como los procesos geológicos que han tenido lugar allí desde hace millones de años», explicó Manuel Montes, investigador del IGME. Su importancia se debe a que los materiales de Marambio registran aspectos como la apertura del Estrecho de Drake, que tuvo lugar hace unos 35 millones de años, y el subsiguiente aislamiento climático de la Antártida, que culminó a finales del Cenozoico en la generación del actual casquete glaciar.
Los científicos han recopilado además varias muestras para realizar análisis de diversas secciones del Cenozoico (Paleoceno-Oligoceno inferior) y verificar tanto las técnicas de muestreo como la intensidad de la señal magnética de los sedimentos cartografiados. «Si los datos preliminares de la señal magnética son favorables nos plantearíamos una nueva campaña completa para realizar un muestreo sistemático que nos permitiría realizar la primera datación cronológica absoluta y continua en las formaciones cenozoicas de Marambio, donde se encuentran muchos de los primeros registros paleontológicos de vertebrados de la Antártida, que todavía cuentan con una edad estimativa», apuntó el también investigador del IGME Francisco Nozal.