El satélite «Glory», que se lanzará al espacio a finales de febrero, protagonizará la próxima misión de observación de la Tierra de la NASA. La nave de la agencia espacial estadounidense, que contiene dos instrumentos que seguirán de cerca las piezas clave del sistema climático, tiene como objetivo ofrecer una nueva fuente de datos que los climatólogos utilizarán como parte de un esfuerzo continuo para mejorar la precisión de los modelos climáticos.
El sensor polimétrico de aerosoles (APS), un instrumento científico montado en el lado de la nave que mirará a la Tierra, recogerá información sobre pequeñas partículas llamadas aerosoles que pueden afectar al clima mediante la absorción y dispersión de la luz. Por otro lado, el monitor de irradiancia total (TIM), que se encuentra en el lado opuesto de la nave espacial, de cara al sol, medirá la intensidad de la radiación solar en la parte superior de la atmósfera terrestre.
Si bien los climatólogos tienen una buena comprensión del papel que los gases de efecto invernadero desempeñan sobre el cambio climático, menos se sabe sobre los efectos de los aerosoles y la variabilidad solar a largo plazo. «Tratamos de lograr una mejor medición de los aerosoles y radiación solar total para calcular el presupuesto de energía – la cantidad de energía que entra y sale de la atmósfera terrestre – con la mayor precisión posible», dijo Michael Mishchenko, científico del proyecto.
La necesidad de mejorar las mediciones es aguda para los aerosoles. «El rango de incertidumbre asociado con el impacto climático de los aerosoles es tres o cuatro veces la de los gases de efecto invernadero», señaló James Hansen, miembro del equipo científico de esta misión. Las partículas de aerosol, o los gases que dan lugar a su formación, pueden venir de tubos de escape de vehículos y de los vientos del desierto, de la espuma del mar y el fuego, erupciones volcánicas y las fábricas. Incluso bosques, suelos o comunidades de plancton en el océano pueden ser fuentes de ciertos tipos de aerosoles.
Detectar diferencias sutiles entre los diferentes tipos de aerosoles – tales como la sal, polvo de minerales, hollín y humo – será uno de los principales puntos fuertes de «Glory». Mediante el control de la distribución de forma y tamaño de los aerosoles, así como la forma en que las partículas reflejan la luz, los científicos serán capaces de distinguir la naturaleza de los aerosoles producidos por el hombre con mayor precisión.