La pesca con redes de arrastre mata cada año a más de 2.000 delfines en aguas del Canal de la Mancha, según la Sociedad para la Conservación de las Ballenas y los Delfines, que ha pedido que se ponga fin a la pesca de lubina con esta técnica entre Inglaterra y Francia, ya que, de lo contrario, estos cetáceos corren peligro de extinción.
Un estudio de esta entidad revela que el año pasado había una población de unos 9.700 delfines en la principal zona pesquera del Canal, pero ese tipo de pesca, en el que dos barcos arrastran una red compartida, ha acabado con centenares de ellos.
El pasado mes de septiembre, el Gobierno de Londres prohibió la pesca de arrastre hasta un radio de 12 millas desde la costa del suroeste de Inglaterra, pero los ecologistas no lo consideran suficiente. Greenpeace, por su parte, ha recurrido a los tribunales para intentar obligar al Gobierno británico a prohibir la pesca de lubina con redes de arrastre dentro de un radio de 200 millas a partir de las costas del Reino Unido.
El buque «Esperanza» de esta organización ha partido de Falmouth, en Cornualles (suroeste), para investigar las prácticas de esos pesqueros. En el barco viajan también expertos de la Sociedad para la Conservación de los Delfines y Ballenas, que estudiarán el impacto de la pesca sobre otras especies, como las marsopas.
La captura accidental de delfines, marsopas y otras especies que se ven atrapadas en las redes de los pescadores es un fenómeno mundial. Los ecologistas creen que cada año mueren de esa forma alrededor de 300.000 cetáceos en los distintos mares del mundo.