La playa de Zarautz estuvo cerrada al baño durante todo el día de ayer a causa de un vertido contaminante, tras el incendio declarado el domingo en la depuradora Iñurritza de la localidad guipuzcoana. El problema en la planta está ya controlado y las aguas fecales salen ahora al mar tratadas y a través del emisario submarino. Sin embargo, el que los resultados de los análisis del agua no puedan conocerse antes de 24 horas, llevó ayer a las autoridades sanitarias a tomar la decisión de prohibir los baños.
El concejal de Medio Ambiente y Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Zarautz, Alejandro Vázquez, informó que el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza), así como analistas del propio Consistorio, recogieron ayer por la mañana muestras del agua de mar para su estudio. Estas muestras se compararán también con las realizadas el propio domingo después del vertido. «Hoy por la mañana se conocerán los resultados y confiamos en que se pueda permitir el baño, al menos en algunas zonas de la playa, ya que la situación ha mejorado ostensiblemente y se ven las aguas mucho más limpias».
En el mismo sentido se pronunció el responsable de Cruz Roja en la playa de Zarautz, Félix Torres, que recordó que independientemente de lo que ha pasado, todos los lunes se analiza el agua del mar en tres puntos distintos de la playa. «Creo que hoy se podrá autorizar el baño, porque se trata de un arenal muy abierto y muy batido por el mar. Lo que se vertió tiene que estar muy diluido y hasta alejado de la costa».
El vertido de las aguas fecales a la playa de Zarautz fue motivado por un incendio declarado hacia las 10:30 de la mañana del domingo en uno de los talleres de la depuradora del municipio. El fuego obligó a detener la actividad de la planta durante algo más de tres horas, tiempo durante el cual las aguas contaminantes se vertieron directamente al mar.
El fuego originó también una nube tóxica que obligó a desplazar a otro lugar del cercano camping de Talaimendi a varios excursionistas.
La intervención de los bomberos y de la Ertzaintza hizo que el fuego se controlara rápidamente, pero el daño del vertido ya estaba haciendo su efecto y las aguas sin depurar y los residuos espumosos fueron dejando en su discurrir hasta el mar a decenas de peces muertos.