Pese a los esfuerzos que se están acometiendo para evitar la desaparición del lince ibérico, como el programa de cría en cautividad que se lleva a cabo en Andalucía y que está teniendo un gran éxito, muchos expertos dan por perdida a la especie.
La crítica situación del lince ibérico ha sido confirmada una vez más por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). El censo de esta especie en Europa se reduce a 150 ejemplares, cerca de un 85% menos que en 1990, y se convierte por ello en el paradigma de la categoría de especies «críticamente dañadas» de la Unión Europea (UE).
En esta categoría se encuentran también el zorro ártico, con una población muy reducida y con tendencia a menguar, y la foca monje del Mediterráneo, que tradicionalmente ocupaba la costa peninsular mediterránea, Baleares y Canarias, pero que ha ido desapareciendo paulatinamente, hasta contar con una escueta población de entre 350 y 450 ejemplares.
La UICN advierte de que una de cada seis especies de mamíferos en la UE está en riesgo de desaparecer, y un 27% cuenta con poblaciones que tienden a la baja. En el caso de los mamíferos marinos, hasta el 22% están en peligro de extinción, pero no existe información suficiente sobre la evolución del 44% de las especies.
En lo que a España se refiere, el organismo de la ONU aplaude su diversidad. Se sitúa como el segundo país de la UE con mayor número de especies diferentes (128), tras Francia (142), y seguida de Italia, Alemania y Grecia.