La sequía y la sobreexplotación de los acuíferos subterráneos llevada a cabo durante las últimas décadas mantienen en una situación agónica al Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel (Ciudad Real). La falta de lluvias de los últimos meses y la ineficacia del trasvase del Tajo aprobado la pasada primavera han empeorado la situación de este espacio natural que, en la actualidad, se encuentra en el peor momento de su historia.
El Patronato Rector de Las Tablas de Daimiel reconoce la mala situación y estudia encharcar el parque con aguas residuales «como medida excepcional», apuntó el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, Eduardo Alvarado. «Hay que resolver cuándo y cómo deben llegar estos aportes», agregó Alvarado, quien informó de que este asunto ya se investiga desde la Universidad de Castilla-La Mancha.
La pasada semana las turbas del subsuelo del parque sufrieron un incendio provocado por la sequía y la apertura de grandes grietas, que posibilitan la autocombustión de los sedimentos vegetales.
A la espera de que vuelvan las lluvias o se adopte la decisión de encharcar Las Tablas con aguas residuales, el Gobierno mantiene su compromiso de adquirir terrenos en los alrededores para luchar contra la sobreexplotación de los acuíferos de la comarca. En breve presentará un documento de directrices básicas para mejorar la gestión del parque.
Declarado Parque Nacional en 1973 y Reserva de la Biosfera en 1981, este humedal es el último representante del ecosistema conocido como «tablas fluviales», una formación geológica que se produce por el desbordamiento de los ríos Guadiana y Cigüela favorecida por la escasez de pendiente en el terreno.