Los incendios forestales han devorado 40.281 hectáreas durante los primeros ocho meses del año, lo que se traduce en una reducción del 26,5% respecto a la superficie quemada en 2010, cuando ardieron 50.959 hectáreas. Estos datos ponen de manifiesto que en lo que llevamos de 2011 las llamas han acabado con el 0,146% de superficie forestal en España, frente al 0,184% que ardió durante el año pasado.
Sin embargo, el número de siniestros ha aumentado hasta los 10.984, cifra que supera los 9.885 registrados durante el mismo periodo de 2010 aunque es un 30,7% inferior a la media de la última década, que se sitúa en los 14.243 siniestros por año. Además, también ha disminuido el número de grandes incendios, considerados como aquellos en los que arden más de 500 hectáreas. De enero a agosto sólo se registraron seis siniestros de este tipo, lo que supone una reducción cercana al 50% respecto a 2010. La media de la década alcanza los 26 incendios de grandes dimensiones, por lo que 2011 se conforma como el año con mejores datos en este sentido junto a 2008.
Por tipo de vegetación afectada, destaca el gran descenso en la quema de matorral y monte abierto, que ha alcanzado las 29.906,96 hectáreas y supone una reducción del 34,7% respecto a 2010. La superficie quemada de pastos y dehesas también descendió, en este caso en un 47,3%, lo que se traduce en la quema de 3.325,84 hectáreas. Sin embargo, la superficie arbolada devastada se ha incrementado ligeramente, en un 2,5%. Mientras que en los primeros ocho meses de 2010 ardieron 9.747,93 hectáreas de este tipo, en el periodo actual se han quemado 10.048,43 hectáreas.
Por otro lado, la zona más afectada ha sido el noroeste peninsular, donde se han registrado el 57,21% de los incendios, ha ardido el 64,70% de la superficie total y donde se ha localizado el 53,87% de la quema de superficie arbolada. En el extremo opuesto se sitúa Canarias, que se ha posicionado como la comunidad menos afectada por las llamas en los ocho primeros meses del año.