Alrededor de 60 barcos con centenares de cazadores a bordo esperan hoy en las Islas Magdalena, a la entrada del Golfo de San Lorenzo, la apertura de la temporada de caza de focas en Canadá, que este año acabará con la vida de 320.000 animales, según las estimaciones del Gobierno canadiense, que avala esta práctica.
«Los barcos se están preparando para cuando la veda de la caza de focas se abra el martes. Buscan las mejores posiciones, acercarse al máximo a la manada para matar el mayor número en el menor tiempo posible», señaló D’Arcy Callaghan, de la organización ecologista Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW, por sus siglas en inglés).
En menos de tres días, 90.000 jóvenes focas, que ahora reposan en el borde de la capa de hielo que cubre los alrededores de las islas, serán capturadas en lo que las organizaciones ecologistas califican como la mayor matanza de mamíferos del mundo.
Asociaciones como IFAW, la Sociedad Protectora de Animales de EE.UU. o Sea Shepherd consideran esta caza cruel e insostenible, pero las autoridades canadienses la defienden. «La población de focas en Canadá es próspera y abundante. La manada de focas arpa -la más importante para este sector- se calcula en alrededor de cinco millones de animales, casi el mayor nivel nunca registrado y casi el triple de lo que era en los años 70», indicó el Ministerio de Pesca.
Los ecologistas discrepan de estas cifras y acusan a Geoff Reagan, responsable de esta cartera, de «mentiroso». En este sentido, critican que el Ministerio de Pesca utilice datos de los años 70, cuando la población de focas se encontraba en su momento más bajo, como punto de partida para comparar la situación de la especie.
Este departamento insiste además en que las focas devoran el bacalao y que ésa es una de las principales causas de la casi desaparición de este pescado. Los científicos, sin embargo, no han sido capaces de demostrar esta teoría y las organizaciones ecologistas la califican de «cuento».