El año pasado se produjeron en las centrales nucleares que hay en España 22 paradas no programadas y 68 sucesos notificables, según Ecologistas en Acción, que advierte de que cuando estas instalaciones ya están amortizadas y son más rentables, es justo cuando empiezan a dar más problemas técnicos y menor garantía de suministro aportan.
Según ha observado Ecologistas en Acción, los incidentes han sobrepasado en un 30% a los producidos en 2006. Por este motivo, la organización ha calificado el año 2007 como «malo para la seguridad nuclear en España».
Paradas
La central que más paradas no programadas registró el año pasado fue Ascó II (Tarragona), con seis, seguida de Trillo (Guadalajara), con cinco; Vandellós II (Tarragona), con cuatro; Cofrentes (Valencia), con tres, y Ascó I y Garoña (Burgos), con dos cada una. De entre ellas destacan los ocho días que estuvo sin funcionar Ascó II en mayo.
Las paradas para recargar fueron, en algunos casos, especialmente largas debido a las necesarias reparaciones y revisiones que se llevaron a cabo. En este apartado destacan Vandellós II, que estuvo parada desde el 5 de mayo hasta el 1 de septiembre (un total de 128 días) y la de Cofrentes, desde el 29 de abril hasta el 30 de julio (90 días).
Ecologistas en Acción cree que 2007, con un 30% de sucesos más que 2006, ha sido un mal año para seguridad de las nucleares
Además de las paradas no programadas y programadas para realizar recargas y reparaciones, se produjeron 68 sucesos notificables en el parque nuclear español, un 30% más que en 2006. En este capítulo destacan Ascó II (Tarragona), con 15 sucesos; Vandellós II, con 14, y Cofrentes, con 11.
Centrales viejas
Ecologistas recuerda que la energía nuclear más barata es producida por las centrales viejas, ya amortizadas, que «son justamente las que pueden empezar a dar mayor cantidad de problemas técnicos, dado que sus sistemas empiezan a fallar». Por tanto, son estas las que «menos garantía de suministro aportan».
Los conservacionistas también han resaltado que el total de días empleados en paradas para recarga que se aprovecharon para inspecciones y reparaciones ha sido de 406 jornadas en todas las centrales, la cifra más alta de los últimos 5 años.
Para los ecologistas estos incidentes ponen de manifiesto que la energía nuclear no es una alternativa válida en la lucha contra el cambio climático, ya que se producen interrupciones inesperadas que luego suponen la salida de la red de potencias elevadas (1.000MW).