La sequía y las altas temperaturas están provocando la llegada de cientos de medusas a las aguas del litoral Mediterráneo. En las playas del Levante, Andalucía y Cataluña son muchas las personas que ya han sufrido las incomodas picaduras de estos animales y en muchos casos se desaconseja el baño.
En Cataluña, 18 arenales ondean la bandera amarilla, que significa baño con precaución, debido a la presencia de medusas. Se calcula que en lo que va de verano los socorristas de las playas catalanas han atendido a 8.337 personas por picaduras de estos organismos, más del doble que el año pasado por estas mismas fechas.
En las playas levantinas ocurre otro tanto de lo mismo. En Alicante, por ejemplo, los socorristas vienen a atender una media de entre cinco y seis bañistas por picaduras de medusa en cada playa al día.
En los arenales El Palo y Pedregalejo, en Málaga, la Cruz Roja atendió ayer a 105 personas, y se han registrado otros 500 afectados en Marbella, Benalmádena y Torremolinos.
Los especialistas atribuyen la presencia de estos animales a la sequía y a las altas temperaturas. La falta de lluvias ha provocado un descenso significativo en la cantidad de agua que llega al mar procedente de los ríos, con lo que la barrera que supone para las medusas la corriente fría en la orilla ha desaparecido.
La picadura de estos organismos, compuestos mayoritariamente de agua, no es grave, pero sí molesta y dolorosa. Puede llegar a provocar dolor de cabeza e incluso náuseas. Su tratamiento consiste en lavar la zona afectada con agua salada, vinagre o zumo de limón para eliminar los tentáculos y, posteriormente, se pueden poner unas compresas de agua fría para aliviar el escozor y una crema tópica de corticoides.