Una buena propuesta para este verano: disfrutar y concienciarse con las mejores películas protagonizadas por el medio ambiente. Varios expertos proponen sus recomendaciones para adentrarse y disfrutar del “eco-cine”. La destrucción de la naturaleza y la necesidad de preservarla, los desastres naturales, la vida de los pueblos y su entorno, la extinción animal o el peligro nuclear son algunos temas de muchas películas que merece la pena ver.
Diez películas de medio ambiente imprescindibles
Los documentales de naturaleza no son la única oferta audiovisual con temática «verde». Así lo demuestra el libro «Eco-cine, una guía para la educación en valores ambientales» (Cineclopedia Ediciones), una obra esencial para los «eco-cinéfilos». Su autor, el periodista Ramón Herrera Torres, invirtió diez años de trabajo para recopilar 427 películas relacionadas con el medio ambiente y cubrir la escasa bibliografía al respecto. Del libro se podrían extraer diez títulos imprescindibles:
Imagen: Ramón Herrera TorresNanuk el esquimal, de Robert Flaherty. De 1922, se considera la primera película medioambiental de la historia. Trata el mito del denominado buen salvaje en su esencia pura, en su hábitat natural.
Jonás que cumplirá los 25 en el año 2000, de Alain Tanner. Con la quimera de Mayo del 68 como trasfondo, refleja la vida de una pequeña comuna agraria suiza y unos personajes que llevan un estilo de vida alejado de la sociedad burguesa de la época.
El árbol, el alcalde y la mediateca, de Eric Rohmer. Un candidato político planea la construcción de un macrocentro cultural donde se ubica un sauce centenario. Las distintas posturas ante la tala del árbol originan una reflexión sobre el azar, la ecología, la sociedad de consumo, la política y sus circunstancias. Tasio, de Montxo Armendariz. Su protagonista, un carbonero de la sierra de Urbasa (Navarra), demuestra cómo la naturaleza posibilita unas maneras de vivir alejadas de las pautas convencionales. Una poética obra sobre el sentido de la libertad y la existencia. Dersu Uzala, el cazador, de Akira Kurosawa. Un prestigioso explorador ruso se topa con un pintoresco personaje de la taiga siberiana que le adentra en los secretos de la naturaleza y en la armonía que se debe entablar con ella. El cine puede ser un militante activo en la defensa del medio ambiente
Lluvia negra, de Shohei Imamura. Este drama costumbrista japonés analiza las consecuencias físicas y psicológicas de la postguerra. Las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki ocasionaron miles de muertos y unas terribles consecuencias entre los supervivientes. Cuando el viento sopla, de Jimmy T. Murakami. Una película de animación sobre el holocausto atómico, capaz de estremecer con unos dibujos muy sencillos. La tierra prometida, de John Sayles. El deterioro progresivo de la costa de Florida (EE.UU.), a manos de unos especuladores sin escrúpulos y unos políticos corruptos al servicio de un consumismo insostenible.
Los espigadores y la espigadora, de Agnes Varda. Muestra otras maneras de vivir, de producir y de reciclar, con el comercio justo y la solidaridad entre consumidores responsables como base.
Baraka, de Ron Fricke. Su estética impactante y preciosista transmite un alegato contra la especulación del capital y para recuperar el orden natural.
Más películas buenas sobre medio ambiente
La web «Cine y medio ambiente« da un buen repaso a grandes películas sobre el tema. Su responsable, Enrique Martínez-Salanova, señala que el cine puede poner en contacto al hombre con la naturaleza y ser un militante activo en la defensa del medio ambiente.
La destrucción de la naturaleza y la necesidad de preservarla, los desastres naturales, la vida de los pueblos y su entorno, la extinción animal o el peligro nuclear son algunos temas presentes en muchas películas: Gorilas en la niebla, de Michael Apted, El oso y Dos Hermanos, de Jean Jacques Anaud, La selva esmeralda, de John Boorman, Los últimos días del Edén, de John McTiernan, Bailando con lobos, de Kevin Costner, Un lugar llamado Milagro y El hombre que susurraba a los caballos, de Robert Redford, La misión, de Roland Joffé, Generación robada, de Phillip Noyce, Erin Brockovich, de Steven Soderberg, El señor de las moscas, de Peter Brook, La playa, de Danny Boyle, Strómboli, de Roberto Rossellini, Un pueblo llamado Dante’s Peak, de Roger Donaldson, Twister, de Jan de Bont, El síndrome de China, de James Bridges, etc.
El cine español también ha producido películas de carácter medioambiental. Además de la citada Tasio, destacan Lo más natural, de Josefina Molina, La nave de los locos, de Ricardo Wullicher, Las ratas, de Antonio Jiménez-Rico (basada en la novela homónima de Miguel Delibes), o La lengua de las mariposas, de José Luis Cuerda.
El cine de animación tampoco ha sido ajeno a esta temática. A la citada Cuando el viento sopla se le unen La princesa Mononoke, de Hayao Miyazaki, Bichos, Buscando a Nemo y WALLE, de Pixar, Bambi, Tarzán, El Rey León o El Libro de la selva, de Disney, las españolas El Bosque Animado y El lince perdido, etc.
Por su parte, la web Decine21 ofrece una lista con las, en opinión de su responsable, José María Arest, 100 mejores películas sobre medio ambiente. En su top 10, además de algunas ya citadas, aparecen Muerte en los pantanos, de Nicholas Ray, Hacia rutas salvajes, de Sean Penn, El corcel negro y Los lobos no lloran, de Carrol Ballard, La chica de París, de Christian Carion y Acción civil, de Steven Zaillian.
El periodista y autor del blog «Crónica verde«, César Javier Palacios, destaca también como buenas películas Birdy, de Alan Parker, y la española Los Santos Inocentes, de Mario Camus.