Amigos de la Tierra, una ONG ecologista con más de dos millones de simpatizantes en todo el mundo, celebra su 40 aniversario. Su responsable en España, Liliane Spendeler, hace balance de estas cuatro décadas de trabajo por la concienciación ambiental. Aunque algunas cosas han mejorado, todavía queda mucho por hacer, recalca. En su opinión, los atropellos cometidos por multinacionales y gobiernos han aumentado en los últimos años. Frente a los problemas que padece el planeta, Spendeler aboga por un cambio global del modelo productivo que apueste de verdad por la sostenibilidad. Para ello, destaca, los beneficios económicos no pueden estar en el centro de las políticas. En este cambio, los consumidores pueden contribuir de muchas maneras.
“Los atropellos cometidos por multinacionales y gobiernos han aumentado en las últimas décadas”Todavía hay mucho que hacer. Hace cuatro décadas, la sociedad industrial no había llegado a los términos actuales: cada vez se destruyen más hectáreas de selvas y bosques. Los atropellos cometidos por multinacionales y gobiernos han aumentado y los beneficios económicos priman sobre los medioambientales o sociales. La presión social y el trabajo de la sociedad civil obligan a gobiernos y empresas a responsabilizarse de sus acciones. No obstante, en muchos casos esta supuesta responsabilidad se queda en un lavado verde de imagen.
Como señalaba Nnimmo Bassey, presidente de Amigos de la Tierra Internacional, “antes no había apenas control sobre las sustancias químicas tóxicas vertidas en nuestro entorno. Ahora parece inconcebible que se arrojen desechos nucleares al mar, y que no haya control sobre las sustancias químicas más letales que persisten y se acumulan en la gente y la naturaleza”. Lo mismo sucede en España con el reciclaje. En los noventa, gran parte de la sociedad ni siquiera lo conocía. En estos momentos, está implantado en nuestras vidas y pocas personas no reciclan.
“En los noventa, gran parte de la sociedad no conocía el reciclaje. En estos momentos, está implantado en nuestras vidas”
Como grupo ecologista, podemos decir que hemos contribuido a que la concienciación, y sobre todo la movilización, de la ciudadanía sea mucho mayor. En la actualidad, la Federación de Amigos de la Tierra Internacional cuenta con más de dos millones de simpatizantes en todo el mundo y 76 grupos nacionales, además de todos los grupos locales que a su vez los conforman.
No disponemos de esos datos, aunque Amigos de la Tierra es muy potente en Reino Unido y Alemania.
“Amigos de la Tierra cuenta con más de dos millones de simpatizantes en todo el mundo”Contamos con miles de simpatizantes y seis grupos locales en Andalucía, Aragón, Baleares, Comunidad de Madrid, Galicia y La Rioja.
La crisis económica ha afectado prácticamente a todos los sectores de nuestra sociedad. Sin embargo, la base social de Amigos de la Tierra es gente muy implicada que continúa trabajando para lograr una sociedad respetuosa con el medio ambiente, justa y solidaria.
“Los problemas ambientales derivan todos de la sobreexplotación de los ecosistemas”Los problemas ambientales derivan todos de la sobreexplotación de los ecosistemas, tanto en la faceta de la extracción de recursos naturales, como en la de emisión de contaminantes. La generación excesiva de residuos y su desperdicio en incineradoras y vertederos, o la emisión de gases de efecto invernadero son ejemplos de ello. La actual dinámica de consumo nos lleva a desaprovechar y despilfarrar recursos limitados, así como a expoliar tierras en países empobrecidos, sin una distribución justa y equitativa de los bienes del Planeta.
El cambio climático, sin duda, es uno de los problemas más graves a los que nos enfrentamos. Sus efectos ya son palpables, afectan a toda la humanidad e irán en aumento. Es urgente aplicar medidas efectivas para frenarlo.
“El cambio climático, sin duda, es uno de los problemas más graves a los que nos enfrentamos”Desde Amigos de la Tierra llevamos a cabo la campaña “S.O.S. Clima” para lograr una ley de cambio climático en España. Nuestro objetivo es que sirva para tratar el problema de forma transversal a todas las políticas y obligue a todos los sectores implicados a reducir sus emisiones de C02 anualmente.
Seguimos muy lejos. Para alcanzar la sostenibilidad necesitamos un cambio en el orden mundial. Los beneficios económicos, de los que muy pocos se aprovechan realmente, no pueden estar en el centro de las políticas. Necesitamos un modelo basado en el respeto a todas las personas y al medio ambiente.
“Los beneficios económicos, de los que muy pocos se aprovechan realmente, no pueden estar en el centro de las políticas”No podemos seguir con este modelo depredador de recursos naturales en un planeta finito, basado en la injusticia en cuanto al reparto de estos recursos. La humanidad excede ya en un 30% la biocapacidad, es decir, la capacidad de los ecosistemas globales en proporcionar recursos naturales y en absorber residuos y contaminantes como los gases de efecto invernadero. Los países del norte deben reducir drásticamente su “huella ecológica” y esto pasa por las energías renovables, la eficiencia energética, una agricultura local y centrada en las personas y el respeto del entorno, otro tipo de transporte y urbanismo, la reducción de la producción de residuos y su reutilización y reciclado, la protección de nuestra biodiversidad, etc.
Las decisiones de los consumidores son básicas para conseguir un cambio de hábitos en nuestra sociedad, así como para presionar a empresas y gobiernos sobre el camino que queremos tomar como personas concienciadas con las injusticias sociales y medioambientales.
Hay un inmenso abanico de posibilidades, como:
- Consumir productos locales y respetuosos con el medio ambiente. En muchos casos, nos convertimos en cómplices de la explotación de los recursos y de las personas en sus países de producción, y contribuimos al cambio climático por las grandes distancias que recorren estos productos hasta llegar a nuestras casas. Ejemplo de ello son las piñas producidas en Centroamérica en plantaciones gigantescas, la madera procedente de la deforestación o la soja que alimenta a nuestro ganado, responsable de la desaparición de bosques en América Latina o Asia.
- Escoger productos que producen menos residuos, e incluso, comprarlos a granel y llevarlos en nuestra propia bolsa.
- Dejar de utilizar las bolsas de un solo uso para transportar la compra y optar por el carrito o por bolsas de tela duraderas.
- Consumir productos ecológicos, aunque en muchos casos son más caros que los habituales. Ante esto, hay alternativas como los grupos de consumo, donde un conjunto de personas se organiza con los proveedores ecológicos para recibir su compra de la semana a un precio más asequible.
- Reducir el consumo energético, tanto en casa o en el trabajo, como en los desplazamientos.