El cuco terrestre de Sumatra, un pájaro que se creía extinguido y que los ornitólogos nunca habían observado vivo, ha sido finalmente avistado por un grupo de científicos de la organización internacional Sociedad para la Conservación de la Fauna y Flora (WCS). Tras un año de intensa búsqueda, los investigadores lograron recientemente localizar a varios ejemplares de este animal, que fue registrado científicamente por última vez en 1916.
Se trata de un pájaro «muy desconocido», aseguró el ornitólogo Nick Brickle, del equipo de WCS. «Es endémico de Sumatra y sólo se le conoce por la existencia de ocho ejemplares, recogidos muertos hace casi un siglo y que se conservan en varios museos», explicó. «Esta especie de cuco se consideraba extinguida hasta hace pocos años», señaló este experto británico, quien añadió que un cazador atrapó accidentalmente un ejemplar en una trampa y en 1997 lo dejó en libertad después de hacerle una foto. Sin embargo, la aparición del cuco no fue difundida hasta hace tres años, cuando alguien vio la foto del cazador, reconoció al pájaro y alertó a la comunidad científica.
Este pájaro pertenece a la familia de los Cuculidae, la mayoría de cuyos miembros son aves conocidas por la peculiar costumbre de poner sus huevos en el nido de otros para que se ocupen de criar a sus pichones. El cuco indonesio es carnívoro y su presa favorita son los lagartos, aunque también come ratas, larvas, ranas y gusanos. Posee plumaje negro, patas robustas, pico verdoso, alrededor de medio metro de longitud, una larga cola y una mancha violácea y azul alrededor del ojo. Según el Libro Rojo de Aves en Peligro, el Cuco de Sumatra (Carpococcyx viridis) es una especie «en peligro crítico» de extinción y de la que quedarían menos de cincuenta ejemplares.
«Hace un año pusimos en marcha un proyecto para encontrar al cuco y colocamos alrededor de una treintena de cámaras en el Parque Nacional de Bukit Barisan (Sumatra)», indicó el ornitólogo del Reino Unido. Sin embargo las cámaras no lograron captar imágenes de estas aves durante meses. La situación cambió el pasado mes de enero, cuando «uno de los cazadores nos llamó y nos dijo que tenía el pájaro en su casa. Fuimos para allá y resultó ser cierto», precisó Brikle. Los expertos pudieron grabar su canto durante el periodo de recuperación del ave. «Hace unas semanas volvimos al bosque con las grabaciones, las pusimos e inmediatamente acudieron a la llamada otros dos cucos», cuenta Brikle.
La organización conservacionista se propone utilizar las grabaciones para localizar otras comunidades de cucos, tratar de garantizar su supervivencia y hacer una estimación del número de ejemplares. Además considera que este hallazgo debe ser tomado como una llamada de atención sobre la necesidad de proteger los bosques de Sumatra.