El problema de la escasez de agua en el mundo se puede agravar debido a los biocombustibles y a la creciente demanda de riego, según indica un informe del Instituto Internacional de Administración del Agua (IWMI) realizado por 700 expertos y que ha contado con el apoyo de la ONU y de grupos de investigación agraria.
«Una de cada tres personas sufren una u otra forma de escasez de agua», indica el estudio, que niega que se esté agotando el abastecimiento mundial. «El mundo no está quedándose sin agua», precisa.
La demanda de agua para riego supone el 74% del líquido elemento usado por el hombre -frente al 18% de las centrales eléctricas y otros usos industriales, y sólo el 8% del consumo doméstico-, y es probable que, según el informe, se incremente para 2050.
Muchos países están incrementando además la producción de biocombustibles ante el encarecimiento del crudo y el problema del calentamiento global. En este sentido, el informe advierte de que si la gente aumenta el uso de los biocombustibles y se incrementa la demanda de comida, habría una nueva situación que llevaría a un mayor uso de agua.
Los científicos proponen para paliar la escasez de tan preciado bien buscar modos de producir más comida con menos agua (cultivos por goteo, por ejemplo). Asimismo, apuestan por ayudar a los países pobres a cultivar más alimentos con el agua disponible mediante medidas simples y de bajo coste.
Cerca de 1.500 de los 6.100 millones de personas que pueblan el planeta viven en áreas donde el agua es escasa; y otros mil millones viven en regiones donde el agua está disponible en ríos y acuíferos, pero no cuentan con las infraestructuras adecuadas para explotarla.
Mala gestión
Para Greenpeace, en España el principal problema es «la pésima gestión y administración de este preciado recurso debido, fundamentalmente, a la falta de eficiencia en su uso y a la elevada tasa de contaminación de las aguas, lo que provoca un suministro escaso y de mala calidad a las poblaciones».
Según la organización, España es uno de los países que peor gestiona el agua, debido, sobre todo, a su uso sin restricciones para la agricultura (que consume el 78% de los recursos hídricos) y a la elevada demanda del turismo.
Entre las propuestas de Greenpeace para solventar la situación presente destacan la gestión racional y el fomento del ahorro; priorizar la agricultura ecológica y el uso de variedades locales adaptadas al clima en detrimento de los monocultivos intensivos, y frenar la edificación desaforada, especialmente en las costas.
También apuesta por priorizar la lucha contra la contaminación que sufren las aguas continentales (superficiales, subterráneas y costeras), así como la recuperación de cauces y la reforestación de cuencas hidrográficas para evitar los procesos erosivos y favorecer la infiltración y la recarga de los acuíferos.