Los bosques de quelpos, grandes algas pardas que generan un hábitat muy similar a un bosque terrestre, están en peligro de desaparecer por su sobreexplotación para usos industriales, según ha detectado la organización de defensa del mar Oceanía, tras la última escala de su expedición con el catamarán «Oceana Ranger» en Costa Rica.
Pese a su alto valor biológico, los quelpos «no han sido recogidos por la legislación europea como hábitat prioritario para su protección». Oceana pide en este sentido que, tanto en Europa como internacionalmente, estos bosques marinos sean considerados como ecosistemas protegidos.
Los quelpos producen una sustancia denominada polisacárido conocida como alginato que es ampliamente utilizada como emulsionante en productos alimenticios (helados, salsas, cervezas, yogures), de higiene (pasta de dientes, champú, jabón), medicinales (píldoras) o industriales (tintes, pinturas, soldaduras). Además, la acuicultura de algas o las aguas de lastre de los buques mercantes han introducido algunas variedades de quelpos en ecosistemas ajenos, provocando graves problemas que podrían poner en peligro a las especies autóctonas, e incluso afectar a las poblaciones de moluscos.
El quelpo de mayor tamaño es el quelpo gigante («Macrocystis pyrifera»), que puede llegar a alcanzar los 30 metros de altura. Se desarrolla en las costas pacíficas de América, entre Alaska y Baja California (México), en las costas sur de Chile y Argentina, y en aguas de Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica. Puede llegar a encontrarse en profundidades de hasta 60 metros, cuando las condiciones del mar permiten la entrada de la luz.
Estas plantas marinas funcionan a modo de grandes árboles permitiendo que cientos de animales y vegetales vivan entre sus «copas», «ramas» y su sistema de «raíces», como el pez Garibaldi, las castañetas, la cabrilla sargacera e incluso el tiburón azul o algún cetáceo como el delfín de flancos blancos del Pacífico.
Los principales «enemigos» de los quelpos son los erizos marinos, que se alimentan de sus brotes y hojas, pudiendo acabar con grandes extensiones de estos boques submarinos.