Los científicos consideran que las playas del océano Índico devastadas por el maremoto que afectó el pasado domingo al sureste de Asia podrían recobrar su aspecto en algunos años, pero se necesitarán siglos para que la fauna y la flora marinas se recuperen del desastre natural.
Toda la vida marina (arrecifes de coral, manglares, peces, etc.) sufrió de lleno el inmenso maremoto en el Océano Índico, sumándose a la enorme cifra de víctimas. La flora submarina y el ecosistema de los manglares están afectados, pero los daños más graves los han sufrido los corales, según Ketut Sarjana Putra, director de Conservation International, organización de protección del medio ambiente, con sede en la isla indonesia de Bali.
El responsable de Conservation International agregó que «el sistema coralino podría haber quedado totalmente destruido. Se necesitarán cientos de años para que vuelva a crecer». A su vez, la pérdida de los corales podría afectar a la fauna que depende de los arrecifes para su supervivencia. Para Lyle Vail, responsable de la estación de investigación de la isla Lizard, en la gran barrera de coral, al oeste de Australia, los daños provocados en los corales por un tsunami son tan importantes como los que deja un ciclón.
El coordinador del programa marítimo para el sur y sureste de Asia de la Unión Mundial para la Naturaleza, Jerker Tamelander, estimó también que los daños son «sumamente graves». El ecosistema marítimo de la región ya está «estresado y degradado».
Jerker Tamelander recordó que numerosos arrecifes del Océano Indico habían comenzado a recuperarse de los daños provocados por las variaciones de temperatura del agua debidas al fenómeno climático de El Niño. «En el conjunto de la región, cabe esperar efectos muy importantes en el ecosistema», agregó el experto, que vaticinó que se necesitarán «décadas, incluso siglos» para que la naturaleza recupere sus fuerzas.
Además, las cantidades ingentes de limo, arena y materias orgánicas que levantan los tsunamis podrían sofocar la vida marina. Los corales podrían haber sido dañados también por su exposición al sol en el momento en que se retiraron las aguas por el maremoto. Los manglares, que limitan la erosión de los suelos, también podrían haber quedado destruidos. «Esto tendrá repercusiones en los próximos años», aseguró Tamelander, que advirtió de un posible cambio de las riberas marinas.