Si se tiene la intención de aprovechar un viaje para ver algún museo de naturaleza y medio ambiente, no hay que perderse este artículo sobre los diez mejores del mundo, en opinión de varios expertos en museística. Desde los más grandes y espectaculares en los que se puede pasar horas y horas sin descanso, hasta los más curiosos y pequeños. Pero todos con un objetivo compartido: hacer disfrutar a sus visitantes mientras se conciencia de la importancia de la importancia de proteger nuestro entorno.
1. Museo de Historia Natural (Londres, Reino Unido)
La elección de todos los expertos consultados. Para Javier Armentia, director del planetario de Pamplona, el Natural History Museum «lo tiene todo o casi. La parte neogótica, la colección clásica de bestias y dinosaurios, las arquitecturas exageradas, las exposiciones, los paseos, la vocación para la gente joven, etc., son una ‘pasada’. Además, se une al Science Museum muy bien en un recorrido multidisciplinar y transversal. Me encantaría tener un museo así al lado de casa». Según Soledad Gómez, museóloga y responsable del proyecto de museos y nuevas tecnologías MediaMusea, destaca por su exposición permanente, por la variedad de actividades y la atención especial a los distintos visitantes, sobre todo el escolar: «Es interesante su faceta on line y los recursos de su web». Óscar Menéndez, responsable de la empresa de creación de exposiciones museísticas Explora Proyectos, afirma que es «un museo histórico, que también es moderno, en el que es muy fácil perderse».
2. Museo Americano de Historia Natural (Nueva York, EE.UU.)
Según Soledad Gómez, el American Museum of Natural History es uno de los museos más grandes y famosos del mundo: «Un lugar en continua renovación y presentación de novedades gracias a su enorme colección, alto número de especialistas y su gran cantidad de expediciones científicas. Sobresale la diversidad de sus exposiciones temporales». Javier Amentia afirma que es un museo «a lo grande, con ballenas volando en el hall, exposiciones apasionantes, interactivas, planetario, imax y una parte de paleontología genial».
3. Field Museum (Chicago, EE.UU.)
El Field Museum es el mejor museo de naturaleza y medio ambiente en opinión de Ramón Núñez, director del Museo Nacional de Ciencia y Tecnología (MUNCYT). Armentia explica que «tiene sus dinosaurios, la evolución muy bien explicada y temas de arqueología e historia impresionantes, unas colecciones espectaculares, etc. Un poco de todo, pero con un criterio museístico muy didáctico y que busca la sorpresa».
4. Museo de Historia Natural Smithsonian (Washington, EE.UU.)
El Smithsonian National Museum of Natural History es el segundo centro más visitado del Instituto Smithsonian, según la responsable de MediaMusea. «Destaca por su importante exposición permanente y por dedicar muchos esfuerzos a la investigación y educación. Es conocida su sala de gemas y minerales, donde se muestra el Hoper, el diamante más famoso del mundo», apunta. El director del Planetario de Pamplona recuerda su esfera «en la que ves la Tierra con diferentes capas de información, una gozada».
5. Down House (Downe, Reino Unido)
Down House se mantiene como estaba cuando Charles Darwin, autor de la teoría de la evolución, vivía en ella, señala Óscar Menéndez. «Incluye el invernadero de algunos de sus experimentos y el ‘thinking path’, el sendero por el que paseaba para liberar su mente. En mi primera visita se me saltaron las lágrimas de la emoción», rememora.
6. Glaciarium (El Calafate, Argentina)
El Glaciarium se ubica en El Calafate, ciudad que se autodenomina «capital de los glaciares». El responsable de Explora Proyectos explica que este museo del hielo tiene un bar de hielo, el GlacioBar, «una barra libre donde evidentemente no hace falta enfriar los chupitos».
7. Museo Canadiense de la Naturaleza (Otawa, Canadá)
El Canadian Museum of Nature / Musée Canadien de la Nature posee «destacadas colecciones de botánica, zoología, minerales y paleobiología, presentadas de manera innovadora e interactiva», según Soledad Gómez. Este centro, con dos sedes físicas, además de su exhibición pública, tiene importantes salas de trabajo y laboratorios para la documentación e investigación, añade la impulsora de MediaMusea.
8. Museo de Historia Natural (Belgrado, Serbia)
El Prirodnjacki muzej cuenta con un gran edificio en la zona urbana, pero su galería se ubica en Kalemegdan, el parque fortaleza de la ciudad serbia. «Con apenas dos salas, el visitante las puede observar con un giro de 360 grados sobre sí mismo», asegura Óscar Menéndez, quien adora los museos pequeños «y un poco caóticos, porque suelen transmitir mucho más que los grandes, donde todo está estipulado y pactado, si se visitan en su momento y con voluntad de sorpresa».
9. Museo de la Plata (Buenos Aires, Argentina)
Soledad Gómez explica que el Museo de la Plata alberga más de tres millones de objetos biológicos, paleontológicos, geológicos y antropológicos: «Es famosa su colección de fósiles de mamíferos y sus momias egipcias. Genera exposiciones itinerantes para mostrar parte de sus piezas en otros ámbitos».
10. Museo Nacional de Historia Natural (París, Francia)
Javier Armentia destaca del Musée National d’Histoire Naturelle la Grande Galerie de l’Évolution: «Tiene unas cuantas cosas alucinantes, como un paseo de animales como camino del Arca de Noé con su toque de humor francés, su Ménagerie, el Jardin des Plantes, también con animales, aunque no es un zoo al uso. Está muy pensado para divulgar de forma crítica (su mayor bagaje son especies en peligro de extinción)».