Nuevas pruebas aportadas por la mayor investigación internacional de los últimos 50 años en las regiones polares, donde es más evidente el fenómeno del calentamiento de la Tierra, vuelven a poner de manifiesto que el cambio climático es aún más grave de lo que se creía.
Unos 10.000 científicos de más de 60 países han llevado a cabo durante los dos últimos años una campaña de investigaciones científicas intensivas en el Ártico y la Antártida. Los resultados obtenidos destacan que el calentamiento en el continente helado está mucho más extendido de lo que se pensaba y que el hielo de Groenlandia se funde cada vez más rápido. «Parece seguro que tanto el manto de hielo de Groenlandia como el de la Antártida están perdiendo masa y, en consecuencia, elevando el nivel del mar, y que el hielo de Groenlandia se está perdiendo cada vez más rápido», señala el informe.
Las nuevas evidencias superan en gravedad incluso a algunos datos del Grupo Intergubernamental contra el Cambio Climático (GICC), que por ejemplo señalaba que frente al calentamiento general la Antártida oriental se estaba enfriando.
Durante las investigaciones también se confirmó que la extensión del hielo marino perenne en el Ártico en verano se redujo en aproximadamente un millón de kilómetros cuadrados, hasta alcanzar su dimensión más reducida desde que comenzaran los registros por satélite.
Regiones más sensibles
Si bien el impacto del calentamiento es planetario, hay regiones más sensibles que otras a este fenómeno. Así, según los expertos, la Península Ibérica se ha visto afectada por el calentamiento casi tres veces más que el conjunto del planeta en los últimos 50 años. Y zonas del sur de Argentina y Chile también se están calentando muy rápidamente.
El aumento del nivel de los mares es una de las manifestaciones del cambio climático que más preocupan a los expertos por las graves consecuencias que puede tener para algunos países e islas. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) indica al respecto que supondrá la entrada de agua salada en los acuíferos que se emplean para el consumo y el regadío, y fenómenos como los tsunamis serán más devastadores.