Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han descubierto que los océanos se protegen de la radiación solar liberando más azufre a la atmósfera. Se trata de un mecanismo natural de defensa de la vida marina que podría amortiguar el efecto del cambio climático, sostienen los expertos Rafael Simó y Sergio Vallina, del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC, en la revista «Science».
El plancton marino emite un gas de azufre -sulfuro de dimetilo (DMS)- que, al oxidarse, forma minúsculas partículas sobre las que el vapor de agua se condensa y favorece la formación de nubes. A mayor radiación, más azufre y también un número mayor de nubes que crean un efecto «parasol» y protege la vida marina. Este proceso también favorece la autorregulación de intervalos nubosos y soleados en el mar.
En la transición del invierno al verano, cuando la radiación solar diaria de nuestras latitudes se incrementa hasta diez veces, la producción marina de azufre se incrementa en una proporción parecida. En la transición de verano a invierno, se produce el efecto inverso.
Este hallazgo es un paso más en la comprensión de los mecanismos de regulación del clima. Aunque aún es difícil determinar si este «efecto parasol» podría amortiguar el temido cambio climático.
El reto de Simó y Vallina es averiguar si el calentamiento global lleva también asociado un aumento de la radiación solar sobre el océano, lo que depende de factores poco conocidos. Si así fuera, el ciclo del azufre podría compensar el calentamiento producido por la actividad humana.