Los responsables de Medio Ambiente de más de 100 países reunidos en la Cumbre del Clima de Montreal tratan en las últimas horas del encuentro de llegar a un acuerdo para establecer un segundo Protocolo de Kioto, menos ambicioso que el primero, que logre la adhesión de EE.UU.
La ministra francesa de Medio Ambiente, Nelly Olin, anunció ayer que se había llegado a un acuerdo para la extensión del Protocolo, que ahora sólo obliga a reducciones de emisiones a países industrializados. «Bajo el Protocolo, la Unión Europea y el G77 (los países en vías de desarrollo) han llegado a un acuerdo sobre los procedimientos» de la negociación que tendría que concluir con una nueva serie de compromisos de reducciones una vez que culmine el periodo cubierto por Kioto en 2102, dijo Olin.
En principio se habría llegado a un acuerdo sobre el artículo 3.9 de Kioto, que obliga a los países firmantes del Protocolo al inicio de conversaciones antes del 1 de enero de 2006 para establecer medidas futuras en la lucha contra el cambio climático.
A pesar del anuncio de Olin, fuentes comunitarias señalaron que el acuerdo no estaba firmado y que Rusia e Italia habían planteado algunas dificultades de última hora. Pero todo apunta a que hoy, último día de la conferencia, los países desarrollados y el G77 firmarán el convenio.
El nuevo texto elimina la obligación de que para noviembre de 2008 esté concluido «el proceso para considerar posteriores compromisos» que quedarían fijados en un acuerdo que ya se ha empezado a llamar Kioto 2.
Integración de EE.UU.
Ahora la UE busca la integración de EE.UU. y Australia en el proceso del Convenio Marco de las Naciones Unidas contra el Cambio Climático. El país norteamericano se ha negado a entrar en un proceso formal de conversaciones con el resto del mundo sobre cómo afrontar el calentamiento global.
Ante esta situación, la estrategia de la UE y Canadá ha sido «ahogar» a EE.UU., eliminando discrepancias con otros países para presentar un frente común con el resto del mundo y dejar sin argumentos a Washington sobre la falta de unidad para afrontar el cambio climático.
Europa espera que en las próximas horas la Administración Bush se sienta lo suficientemente aislada como para aceptar de nuevo lo que ya había aceptado hace pocos meses.
Compromiso de España
Por su parte, la ministra española de Medio Ambiente, Cristina Narbona, destacó ayer durante la XI Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático, que se celebra en Montreal (Canadá), la urgencia de «reducir el derroche energético» y expresó la voluntad de España de cumplir sus compromisos de reducción de gases con efecto invernadero.
Narbona resaltó las dificultades que tiene España para controlar sus emisiones y las desigualdades existentes con algunos países en vías de desarrollo. «Somos un país con una economía en fuerte crecimiento consciente de lo que cuesta incorporar el reto de reducir drásticamente su intensidad de carbono», aseguró.
España fue recientemente señalada por la ONU como el país del mundo en el que más han aumentado las emisiones de gases con efecto invernadero entre 1990 y 2003, un 41,7%. Narbona justificó que nuestro país cuenta «con una población que ha crecido un 10% en cinco años, acogiendo a cuatro millones de inmigrantes procedentes de muy diversas zonas del planeta».
Pero la titular de Medio Ambiente precisó que «a pesar de estar a 25 puntos de nuestro objetivo de Kioto, seguimos teniendo emisiones ‘per cápita’ un 30% inferiores a las de algunos otros países» que no están sujetos a las reducciones impuestas por el Protocolo.
Por otra parte, la delegación europea expresó ayer su optimismo con reservas sobre la marcha de las negociaciones con EE.UU., país que hasta ahora no ha mostrado voluntad, pese a las peticiones de la UE y Canadá, de suscribir el acuerdo de la ciudad nipona.