La Asociación de Autoridades Reguladoras de Seguridad Nuclear de Europa Occidental (WENRA) ha concretado en una reunión celebrada en Helsinki (Finlandia) durante esta semana las pruebas a las cuales se someterán voluntariamente las centrales nucleares europeas a raíz del accidente nuclear registrado en Fukushima Daiichi (Japón). Los exámenes incluirán, entre otros test de estrés, pruebas de resistencia a terremotos, inundaciones o fusión del núcleo, según el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).
Los reguladores han fijado como plazo para la realización de estas pruebas de resistencia un total de seis meses para que las centrales se sometan a revisión (a partir de la aprobación de la propuesta) y tres meses más para la evaluación por parte de los organismos reguladores. Las evaluaciones, según considera WENRA, permitirán analizar el comportamiento de las centrales nucleares ante una serie de situaciones extremas que pudieran poner en riesgo la seguridad de las mismas. Para ello, los reguladores europeos han creado un grupo de trabajo que precisará en un documento que se elaborará en las próximas semanas el alcance y contenido de las pruebas de resistencia.
El CSN ha enviado ya a los titulares de las seis centrales y ocho reactores nucleares españoles la propuesta de WENRA, en la que se explican las pruebas de resistencia a las que deberán someterse. El organismo regulador español ha señalado también en un comunicado que ya ha iniciado una ronda de reuniones con los responsables de las plantas para plantear el desarrollo de los test de estrés. Además, el CSN ha remitido al Gobierno la información de la reunión del WENRA para contribuir a promover una definición «común» del alcance de los análisis europeos, sin menoscabo de que las autoridades nacionales amplíen estas evaluaciones si lo estiman necesario.
Para llevar a cabo las pruebas de resistencia se han identificado una serie de sucesos iniciadores de un potencial accidente, así como situaciones que podrían ocurrir en el desarrollo de una emergencia más allá de las bases de diseño, con el fin de adoptar medidas para su prevención y para afrontar sus posibles consecuencias. El CSN ha precisado que, de acuerdo a la información recibida hasta la fecha sobre el accidente nuclear de la central de Fukushima Daiichi, las pruebas deberán incluir, como mínimo, sucesos iniciadores como un terremoto superior al de base de diseño, inundaciones superiores a las de base de diseño u otras condiciones externas extremas que deriven en pérdida de las funciones de seguridad o pérdida total prolongada del suministro eléctrico.
También se deberán incluir al menos exámenes según la pérdida prolongada del sumidero final de calor, problemas de gestión del accidente, fusión del núcleo, efectos tales como la acumulación de hidrógeno y condiciones degradadas en el almacenamiento del combustible gastado, entre las que se incluyen efectos como la pérdida de blindaje contra la radiación.