Los tetra briks se pueden reciclar y, por ello, se depositan en los contenedores amarillos de envases una vez consumidos. Sin embargo, en la práctica, sus diversos materiales (papel, plástico y cartón) han dificultado su pleno aprovechamiento. Hasta ahora. Una nueva instalación creada en España es la primera del mundo en aprovechar al 100% sus componentes y evitar así que alguno de ellos acabe en el vertedero.
Tetra brik, un envase «ecológico» cuestionado…
El tetra brik es un envase de varias capas compuesto por papel (75%), plástico (20%) y aluminio (5%). El papel le da la consistencia, el plástico estanqueidad y el aluminio la barrera contra la luz y el aire.
Los materiales de los que está fabricado el tetra brik se pueden reciclar y, por ello, se pide a todos los consumidores que lo depositen en el contenedor amarillo de envases una vez que lo hayan utilizado.
La instalación, desarrollada íntegramente en Cataluña, tiene una capacidad para procesar hasta 30.000 toneladas al año
Por este motivo, su fabricante, la empresa Tetra Pak, lo considera «ecológico», aunque diversas críticas lo cuestionan. Para empezar, no es un envase biodegradable, de manera que se tiene que llevar a una planta industrial que separe y trate de forma adecuada sus distintos materiales.
A diferencia del vidrio, que puede aprovecharse de forma indefinida para hacer nuevos envases, un tetra brik usado no sirve para hacer otro nuevo. Al ser un producto compuesto, las plantas de reciclaje tratan por separado sus materiales. Juan Vila, consejero delegado de Stora Enso, una de las dos empresas que recicla los tetra briks en España, explica que hasta ahora recuperaban la fibra de papel para producir cartón estucado y la mezcla del plástico (polietileno) y el aluminio la destinaban a la fabricación de productos plásticos. No obstante, Vila reconocía el año pasado que esta mezcla también acababa en vertedero, por lo que pierde sus posibilidades de reciclado.
… que ahora se aprovecha al completo
El responsable de Stora Enso subraya el «hasta ahora» porque esta situación ha cambiado. Su empresa ha inaugurado una nueva instalación «única en el mundo», al aprovechar por primera vez todos los componentes del tetra brik y lograr el «residuo cero».
La nueva planta, denominada CLEAN, está ubicada en Castellbisbal, a unos 20 kilómetros de Barcelona, junto a la fábrica de papel de esta empresa. La fibra de papel se convierte en papel reciclado de alta calidad y el aluminio, en nuevos lingotes para nuevos productos, como coches, aviones, perfiles de ventanas o envases Tetra Pak. El polietileno, convertido en gas, proporciona energía para el reciclado del papel y para la obtención del aluminio. De esta manera, se logra un incremento de la eficiencia energética y un ahorro importante de combustible y de agua, ya que la producción de aluminio es intensiva en consumo de energía.
La instalación, desarrollada íntegramente en Cataluña, tiene una capacidad para procesar hasta 30.000 toneladas al año, que llegan de la recogida diaria en los contenedores de España, Francia, Portugal, Bélgica y Reino Unido. Por cada kilo de envases se obtiene 5,2 kw/h de energía, 25 g de aluminio y 700 g de fibra de papel.
La inversión de la planta ha superado los ocho millones de euros. Su puesta en marcha ha requerido varios años de pruebas y de experimentación y la contratación de quince nuevos empleados. Vila asegura que su empresa planea expandir este proyecto a otras plantas del grupo en países europeos. El proyecto ha sido respaldado por diversas instituciones europeas y españolas y ha recibido un premio del Parlamento Europeo.
Tetra brik, ventajas frente a otros envases
Los defensores del tetra brik, creado en Suecia en 1951, destacan sus ventajas frente a otro tipo de envases. La composición de sus materiales permite guardar alimentos sin afectar a sus características y sin necesidad de refrigeración o de ciertos conservantes.
Su reducido peso y su diseño en forma de ladrillo facilita su transporte, que se traduce en un menor gasto en energía y de emisiones de dióxido de carbono (CO2), un gas implicado en el cambio climático. El 75% de su composición es cartón, un material que puede proceder del reciclado o de bosques gestionados de forma sostenible.