Pilas, disolventes, medicamentos o aceites de coche son algunos de los residuos que por su peligrosidad deben ser por ley convenientemente gestionados. De ello se ocupan los miembros de ASEGRE, la Asociación de Empresas Gestoras de Residuos y Recursos Especiales. Su secretario general, Luis Palomino (Madrid, 1968) explica cómo pueden actuar los consumidores ante dichos residuos, y opina sobre la nueva directiva europea de residuos, criticada por algunos europarlamentarios y ONG ecologistas. Este ingeniero agrónomo ha trabajado durante la última década en la Cámara de Comercio e Industria de Madrid y dispone de amplios conocimientos sobre los problemas ambientales de las empresas y relaciones con las administraciones públicas.
El poseedor de un residuo peligroso tiene la obligación de entregarlo a un gestor autorizado y de sufragar los costesEsos residuos peligrosos con los que convivimos son pilas, fluorescentes, televisores, envases de productos de limpieza, pintura, disolventes, barnices, medicamentos, productos fitosanitarios, y todos los generados por nuestros vehículos, como aceites usados, líquido de frenos y anticongelante, principalmente.
Los consumidores pueden llevar a los puntos limpios los que generan directamente. Y pueden reclamar que los residuos sobre los que tienen cierta responsabilidad, como por ejemplo los generados en el mantenimiento de los vehículos o la decoración de la casa, se gestionen adecuadamente. En este sentido, según la legislación de residuos, el poseedor tiene la obligación de entregar dicho residuo peligroso a un gestor autorizado y de sufragar los costes. Por ello, este sector está integrado por empresas que solucionan el problema de los residuos, principalmente al sector industrial, y observa la jerarquía de gestión vigente en nuestro país.
Los envases que contienen alguna de estas sustancias tienen la obligación de incluir en su etiqueta un pictograma alertando del tipo de peligroLa gestión anual de residuos peligrosos está estabilizada en la cantidad de 3,2 millones de toneladas desde hace tres años, que en comparación con los residuos urbanos, no peligrosos, o procedentes de la construcción, es una cantidad muy pequeña. Seguramente se genere algo más, pero como no se gestionan no tenemos datos. Los motivos de este dato estabilizado son dos: por un lado, la reducción de la producción industrial en nuestro país, debido al traslado de la producción a otros países y, por otro, la aplicación de políticas de minimización en la generación de residuos peligrosos por parte de los productores.
Están clasificados por la legislación, y los envases que contienen alguna de estas sustancias tienen la obligación de incluir en su etiqueta un pictograma alertando del tipo de peligro. Así, las características de los residuos que les confieren la peligrosidad, básicamente, son: explosivo, inflamable, irritante, nocivo, tóxico, carcinogénico, infeccioso, tóxico para la reproducción y mutagénico.
La totalidad de los vertederos de residuos peligrosos en España cumple con la normativaLa totalidad de los vertederos de residuos peligrosos en España cumple con la normativa sobre características técnicas de este tipo de instalaciones, criterios de operación y de admisión de residuos. Este hecho se puso de manifiesto en una conferencia recientemente celebrada en Madrid sobre este asunto que organizó la Comisión Europea, con la colaboración del Ministerio de Medio Ambiente y la asistencia de las comunidades autónomas, las cuales controlan rigurosamente estas instalaciones.
La valoración es positiva, puesto que actualiza y unifica la normativa marco existente sobre residuos y establece las reglas para los productores y gestores de residuos para un largo periodo de tiempo.
Las cuestiones con mayor repercusión para los gestores hacen referencia a la incorporación de la jerarquía de gestión de cinco niveles (prevención, preparación para la reutilización, reciclaje, valorización y eliminación) que será seguida de forma orientativa y siempre que tengan el mejor resultado ambiental. Además, también son importantes la fijación de los objetivos de reciclaje y reutilización, la nueva definición de subproducto y la creación de los criterios para considerar que un residuo deja serlo para ser una materia prima.
No obstante, esta directiva tendrá que ser aplicada a nuestro ordenamiento jurídico por el Estado y posteriormente por las comunidades autónomas, y ello aún puede suponer grandes diferencias.
Es cierto que con la nueva directiva europea muchos residuos pueden escapar a los controlesEs cierto que muchos residuos pueden escapar a los controles y por ello esta cuestión centró gran parte de los debates previos a la aprobación de la directiva. Y la razón es que la descatalogación de residuos a favor de subproductos supone la desaparición de los controles administrativos y de las considerables precauciones en el manejo y transporte de estas sustancias que hasta ahora sólo realizaban empresas gestoras de residuos. Estas empresas disponen de equipos, instalaciones y personal específicos para la gestión de residuos concretos, y son autorizados y controlados por la comunidades autónomas para el ejercicio de dicha actividad.
Los traslados se producen habitualmente en sentido inverso al comentado, es decir, desde países menos desarrollados a otros más desarrollados que tienen tecnologías de tratamientos avanzadas. Por ejemplo, desde España se envían a países como Francia, Reino Unido, Alemania e Italia.
No obstante, puesto que la directiva tiene que ser traspuesta al ordenamiento jurídico español y aplicada por las comunidades autónomas, deberán ser éstas quienes establezcan los mecanismos que eviten que se produzcan los efectos indeseados que Ecologistas en Acción plantea.
En el caso de los residuos peligrosos esta afirmación no es cierta, debido al incremento de los precios energéticos y de las materias primas, a la entrada en vigor de determinadas normativas nacionales y de la madurez del propio sector.
Desde España se envían residuos peligrosos a países con tecnologías de tratamiento avanzadas como Francia, Reino Unido, Alemania e ItaliaEs un primer paso que ha facilitado a las comunidades autónomas una herramienta para solucionar el problema, y como primera consecuencia cabría indicar que está creando una nueva cultura de prevención de la contaminación al suelo. Sin embargo, el número de emplazamientos contaminados es elevado y el coste de descontaminación es alto, por lo que la solución del problema llevará tiempo.
Además, recientemente ha sido aprobado el real decreto por el que se regulan los residuos de construcción y demolición, que también tiene ciertas interacciones con la normativa de suelos contaminados, especialmente en lo relativo a la demolición de instalaciones industriales.
Continuar ofreciendo servicios competitivos en este escenario de dispersión legislativa y heterogeneidad en su aplicación, y de incremento de costes empresariales.
El número de emplazamientos contaminados es elevado y el coste de descontaminación es alto, por lo que la solución llevará tiempoASEGRE representa a más del 70 % del sector; es difícil encontrar asociaciones que tengan una representatividad tan elevada, por lo que no echamos en falta a ninguna empresa. No obstante, son bienvenidas todas aquéllas que reúnan los requisitos establecidos por nuestros estatutos: disponer de una instalación de gestión de residuos peligrosos autorizada por alguna comunidad autónoma, certificar al sistema de calidad o de medio ambiente según alguna de las normas internacionales existentes y ser aceptado por los miembros de la asociación.