En las últimas décadas, la contaminación acústica ha crecido hasta tal punto que, por ejemplo, la Comisión Europea señala que unos 80 millones de europeos soportan diariamente entornos considerados «inaceptables», con más de 65 decibelios (dB). España, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es el segundo país más ruidoso del mundo después de Japón: El 70% de los españoles sufre niveles de ruido «inaceptables».
Por ello, para evitar en lo posible el daño de la contaminación sonora al medio ambiente y a la salud de los ciudadanos, el Parlamento Europeo aprobaba en junio de 2002 la «Directiva sobre evaluación y gestión del Ruido Ambiental». Entre otras cuestiones, esta norma obliga a los Estados miembros a elaborar mapas de ruido en áreas densamente pobladas, ofreciendo información sobre las áreas más bulliciosas a diferentes horas del día. Según los expertos, estos mapas permiten el ahorro de recursos y son la base de las futuras actuaciones en materia de ruido ambiental.
Los Estados Miembros deberán someter a consulta pública las medidas a tomar e introducir las aportaciones de los ciudadanos.La implantación de los mapas de ruido está sujeta a unos plazos previstos: En junio de 2007 deberán haberse elaborado en todas las aglomeraciones urbanas con más de 250.000 habitantes, con especial atención a las áreas cercanas a colegios, hospitales y parques públicos, así como en los grandes ejes viarios, ferroviarios y grandes aeropuertos. En 2008, los Estados miembros deberán contar con planes de acción para reducir la contaminación acústica, y en 2012, la directiva incluirá las áreas urbanas de 100.000 o más habitantes. Los responsables comunitarios prevén actualizar cada cinco años estos mapas, así como las medidas aprobadas en cada país para descender los niveles del ruido. Asimismo, los Estados Miembros deberán someter a consulta pública las medidas a tomar e introducir las aportaciones de los ciudadanos.
En España, el Ministerio de Medio Ambiente y los responsables de las Comunidades Autónomas trabajan desde hace meses en la mejora de las actuales normas, tanto a nivel estatal (la Ley del Ruido de 2003, basada a su vez en la Directiva Europea), como a nivel autonómico. Para ello, la elaboración de los mapas de ruido de cada zona se presenta como un requisito previo fundamental.
En esta nueva normativa, los vehículos de motor, principales causantes de la contaminación sonora urbana, no podrán superar en más de 4 dB el nivel de emisión sonora de su ficha de homologación. Las ambulancias deberán tener un regulador de intensidad que reduzca su efecto sonoro entre 70 y 90 dB a tres metros de distancia.
En cuanto a las zonas residenciales, el proyecto establece un límite de 60 dB en horario diurno y de 50 dB en el nocturno (de 23 a 7 horas). En el interior de los hogares, los niveles sonoros nocturnos descienden a 30 dB en los dormitorios y a 35 dB en el resto de habitaciones (similar a una conversación en voz baja). En los edificios de nueva construcción, el consumidor tendrá derecho a exigir al vendedor la reparación de cualquier defecto que impida el respeto al límite de calidad acústica. Asimismo, se podrá denunciar a los representantes de la autoridad que no hagan cumplir esta legislación.
Por su parte, los límites nocturnos de emisiones acústicas en zonas residenciales colindantes quedan establecidos para bares y discotecas en 25 dB en los dormitorios y de 30 dB en las demás estancias. En el caso de las nuevas infraestructuras viarias, aeroportuarias o ferroviarias este límite se sitúa en 50 dB, ascendiendo a 60 dB en horario diurno. Los alrededores de las áreas sanitarias deberán tener un entorno sonoro que oscile entre los 45 dB diurnos y los 55 dB nocturnos.
La evolución de las mediciones de los mapas de ruido se puede consultar en la web de Evaluación y Gestión del Ruido Ambiental (EGRA) del Ministerio de Fomento. Asimismo, diversas webs ofrecen también información, como la de Ruidos.org, que basándose en datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), expone las comunidades y capitales con mayor número de viviendas con problemas acústicos.
Los mapas de ruido han estado marcados por la tecnología disponible así como por la experiencia de los responsables de su medición. La ingeniería acústica permitió contar con los primeros sonómetros portátiles desde los años 50, mientras que los mapas de ruido se vienen realizando desde la década de los 70.
La “cartografía sonora” combina toda la información disponible, los objetivos del municipio, las herramientas informáticas, etc., que se desarrollan en el tiempo, y se van adecuando a los futuros avances. Asimismo, estos mapas se deben realizar de manera que puedan compararse entre diferentes ciudades y países, permitiendo seguir la evolución y el cumplimiento de los planes de actuación. Por ello, según los expertos, un mapa de ruido se trata en realidad de una colección de mapas parciales.