La biodegradación es la descomposición de un organismo por la acción de otros seres vivos como hongos y bacterias, que lo utilizan de alimento. Una práctica que posteriormente se traduce en sustancias básicas para el resto de los seres de la cadena alimenticia. Se trata de un proceso fundamental de la naturaleza, puesto que sin él la Tierra se llenaría de residuos y la vida dejaría de existir ante la falta de realimentación de los procesos biológicos.
Una vez explicado el proceso, es importante aclarar que un material se denomina no biodegradable cuando el tiempo que necesita para degradarse es extremadamente largo o supera la capacidad de los organismos descomponedores para procesarlos. Muchos de los productos creados por el ser humano presentan este estado: un bote de aluminio tarda más de dos siglos en biodegradarse; los plásticos más de cuatro siglos; y una botella de vidrio un tiempo indefinido.
Por lo tanto, la protección del medio ambiente requiere de la utilización de materiales biodegradables. Hace 50 años los detergentes no eran solubles en agua y flotaban formando espumas. A principios de los años 70 la preocupación por los efectos de la contaminación de las aguas llevó a la creación de detergentes con agentes biodegradables, que son los que se utilizan en estos momentos.
Asimismo, el plástico es un claro ejemplo de material cuya biodegradación es cada vez más necesaria
El plástico es un material cuya biodegradación es cada vez más necesariaSegún el Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas), sólo en España se consumen cerca de 5 millones de toneladas de plástico anuales, de las cuales únicamente se consiguen reciclar unas 700.000, quedando el resto depositado en vertederos. Los bioplásticos tienen una aplicación especialmente indicada para sectores como el envase y embalaje, la alimentación o la agricultura, y para su desarrollo se utilizan materiales naturales tan diversos como el almidón de maíz, el trigo, la patata o el azúcar. Países como Italia, Bélgica, los Países Bajos, Luxemburgo y Suiza están a la vanguardia en Europa en la utilización de este tipo de plásticos, mientras que en España todavía se emplean de forma muy limitada, como subraya Aimplas, lo que ha llevado a este Instituto a la creación de una red tecnológica que agrupa varias empresas y universidades españolas, portuguesas y latinoamericanas.
Las investigaciones en materiales biodegradables están permitiendo el desarrollo de nuevas aplicaciones, algunas de ellas tan curiosas como carcasas de móviles con una semilla que puede germinar cuando se reciclan, y el número de empresas que comienza a utilizar este tipo de materiales va en aumento. La multinacional automovilística Volvo está experimentando con el cáñamo, el yute o el aceite de colza para la creación de telas o alfombras biodegradables, mientras que compañías informáticas como NEC o Fujitsu han desarrollado plásticos biodegradables para utilizarlos en la producción de ordenadores portátiles. Por su parte, la denominada ingeniería de tejidos persigue que dentro de unos años se puedan fabricar artificialmente órganos humanos en el laboratorio a partir de materiales naturales. Actualmente, algunos de estos materiales ya están siendo utilizados en cirugía o farmacología como placas o tornillos biodegradables empleados en cirugía de huesos.
Las basuras sólidas y las aguas residuales son dos de los problemas medioambientales más importantes de los hogares, ya que producen los mayores impactos cotidianos sobre el entorno. En este sentido, los consumidores pueden ayudar clasificando y controlando el contenido de la basura, además de adaptar sistemas de reciclado de las aguas grises y utilizar materiales naturales biodegradables que no presentan problemas de reciclado.
Por otra parte, conviene tener en cuenta que hay materiales reciclables que no son biodegradables
Hay materiales reciclables que no son biodegradablesPor ejemplo, los plásticos, el vidrio, muchos metales, tejidos y el papel son reciclables, pero los desechos de los dos primeros permanecen durante siglos contaminando el medio ambiente, lo que significa que sólo mediante la intervención humana pueden ser reprocesados para su reutilización o reciclaje.