Las temperaturas comenzaron a descender de forma significativa desde anoche en toda la Península y se espera que hasta el jueves bajen entre 8 y 10 grados, según el jefe del área de predicción del Instituto Nacional de Meteorología (INM), Ángel Rivera. Sin embargo, el viernes se espera que vuelvan a subir hasta valores propios del verano, pero no tan altos como los registrados la semana pasada.
Las tormentas, el granizo y la nieve, en las montañas del norte, aliviarán durante los próximos días la primera ola de calor de este verano, que ya se ha cobrado la vida de seis personas.
El alivio térmico comenzará a notarse hoy y, según los meteorólogos, se prolongará hasta el fin de semana. Los frentes nubosos, que ayer penetraron por el norte peninsular, dejarán precipitaciones fuertes en el tercio norte.
Protección Civil ha puesto en alerta a sus efectivos de Navarra, La Rioja y Aragón, donde podrían producirse tormentas fuertes o muy fuertes, con precipitaciones que dejarían hasta 30 litros por metro cuadrado en una hora o 60 litros en doce horas. Estas tormentas podrían ser más intensas por la tarde y cabe la posibilidad de que estén acompañadas de granizo.
Los cielos estarán menos nubosos en la mitad sur, donde habrá posibilidad de que se produzcan tormentas vespertinas en las cordilleras del interior, Castilla-La Mancha y Madrid.
Peligro en montaña
Esta inestabilidad irá creciendo conforme avance la semana y mañana, miércoles, las tormentas arreciarán con fuerza en el noreste peninsular. Las temperaturas continuarán descendiendo, en algunos caso hasta 15 grados, con máximas que rondarán los 30.
El descenso térmico dará paso a precipitaciones en forma de nieve en alturas superiores a los 1.800 metros en la Cordillera Cantábrica y Pirineos.
Fuentes de Protección Civil advirtieron de que el frío, la nieve y la niebla supondrán un peligro añadido para los cientos de excursionistas que estos días se dirigen a la alta montaña, donde las condiciones meteorológicas cambian en cuestión de minutos.