El Gobierno ha aprobado el decreto ley que regula el autoconsumo de energía eléctrica en España. Cualquier consumidor que quiera producir su propia energía en casa con una placa solar deberá asumir esta normativa. Diversos especialistas han confirmado sus negativas previsiones ante lo apuntado por el borrador de esta ley desde hace años y, en general, por el estancamiento del sector renovable en nuestro país. Este artículo explica en qué consiste el nuevo decreto de autoconsumo energético, cómo nos afecta y qué podemos hacer.
Nuevo decreto de autoconsumo energético: en qué consiste
Generar en casa nuestra propia electricidad con una placa solar ya es más rentable que pagar a las compañías eléctricas: el precio de los paneles fotovoltaicos ha bajado más de un 80% en los últimos años, mientras que los recibos eléctricos cada vez suben más. Sin embargo, el autoconsumo de esta energía renovable no se ha generalizado en los hogares españoles. Uno de los factores principales que explican esta contradicción es la falta de una norma que regulara y apoyara la producción «casera» de energía renovable, algo beneficioso para el medio ambiente y la economía.
Las sanciones por no dar de alta una instalación solar de autoconsumo van desde 6 hasta 60 millones de eurosLa aprobación reciente del real decreto que regula el autoconsumo ha sido recibida de forma crítica entre diversos especialistas en la materia. Jorge Morales, experto en el sistema eléctrico español y en renovables, asegura que está «plagado de medidas contra el desarrollo del autoabastecimiento de energía renovable y surge cuando está revolucionando el sector energético a nivel mundial». Aitor Urresti, ingeniero industrial especializado en energías renovables y profesor de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), destaca que «el objetivo es evitar que se generalice el autoconsumo, algo que ya consiguió cuando solo era un borrador».
Estas afirmaciones se basan en varios de los puntos principales del real decreto:
- Justifica el denominado «peaje de respaldo» o «impuesto al sol». El consumidor que instale un sistema de autoconsumo tendrá que pagar este «peaje» por cada kilovatio/hora (kWh) consumido de su instalación. El decreto señala que sirve para compensar el apoyo que puede hacer la red eléctrica cuando la instalación de autoconsumo no genera suficiente energía, pero se aplica sobre la energía que no llega a acceder a la red. En la práctica supone un doble cargo, ya que las instalaciones de por sí pagan un peaje fijo en función de su potencia, por el enganche a la red, y se les obliga a abonar de nuevo por la energía autoconsumida, que ni siquiera hace uso de la red. Según Urresti, «cuanto más energía genera la instalación in situ, más perjudicada sale. Esta tasa no se aplica en ningún lugar del mundo, al entenderse que el autoconsumo beneficia a la red eléctrica, al reducir su saturación, y al sistema energético en sí, al reducir la dependencia energética y la emisión de gases de efecto invernadero».
- Dificulta la instalación con unos complejos trámites administrativos. Morales explica que una instalación que se monta en dos días requiere de nueve meses y cientos de euros más para estar autorizada. En caso de no cumplirlos, las sanciones previstas van desde 6 hasta 60 millones de euros.
- Nula retribución de los excedentes de energía. El consumidor que produce más energía de la que utiliza se la tiene que regalar al sistema eléctrico, «salvo que te conviertas en empresario y los vendas en el mercado sometiéndote a las mismas normas que, por ejemplo, una central nuclear», apostilla Jorge Morales.
El decreto exime del pago de peaje a las instalaciones de menos de 10 kilovatios (kW), en principio favoreciendo a los ciudadanos, consumidores típicos en viviendas. Ahora bien, el profesor de la UPV/EHU recuerda que dicha exención aparece en una disposición transitoria «y podría desaparecer en cualquier momento. Además, el decreto prohíbe expresamente el autoconsumo comunitario, por lo que no serían posibles instalaciones en comunidades de vecinos».
Cómo nos afecta y qué podemos hacer
La ley reduce en la práctica la rentabilidad de las instalaciones de autoconsumo, de manera que solo personas y empresas comprometidas se planteen poner en marcha una.
El sector renovable se ve de nuevo afectado de forma negativa, y en particular el solar fotovoltaico, que esperaba «una regulación ya no favorable, sino normal. Al fin y al cabo, ya no necesita pagar primas y el Gobierno debería estar encantado de liberarse, por primera vez en la historia, de su función de planificación: los propios ciudadanos decidimos qué fuentes de energía queremos, además de por ahorro, por su enorme impacto positivo en el medio ambiente, el empleo, la independencia energética o los conflictos bélicos», subraya Morales.
Los expertos llaman a la acción activa de la sociedad. Aitor Urresti sostiene que la norma «choca bastante con la directiva europea de eficiencia energética, por lo que la vía judicial con Bruselas habrá que explotarla». Jorge Morales recomienda «votar el 20 de diciembre en consecuencia y exigir a los 18 partidos que hoy están en la oposición y que en julio se comprometieron a derogar esta norma a que cumplan su compromiso».
A pesar de todo, los expertos se muestran optimistas. «Las revoluciones tecnológicas son imparables y, por poderosos que sean quienes se oponen a ellas, acaban imponiéndose», sentencia Morales.