Una investigación desarrollada por la Universidad Interamericana de Puerto Rico ha descubierto que la modificación genética de un tipo de bacterias provoca que absorban grandes cantidades de mercurio, lo que permitiría su utilización en la limpieza de aguas contaminadas por este metal. Según explican los científicos, el componente transgénico introducido las hace capaces de soportar concentraciones 24 veces superiores a la dosis letal para las bacterias no modificadas y posibilita que absorban en cinco días el 80% del mercurio contenido en una disolución.
Los investigadores utilizaron bacterias «Escherichia coli» y les introdujeron un gen que les permite producir metalotioneína, una proteína esencial en los procesos de desintoxicación del organismo de los ratones. Gracias a esta modificación, las bacterias fortalecieron su resistencia frente a sustancias como el mercurio. Según los científicos, este es el primer estudio que muestra que la metalotioneína provoca la tolerancia de altas dosis de este metal y, al mismo tiempo, permite que la bacteria lo acumule.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) estima que las industrias química y minera vierten unas 6.000 toneladas de mercurio en el planeta. De esta forma se contaminan grandes superficies de tierra y agua, que pueden transmitir las sustancias nocivas a la cadena alimentaria. El mercurio, y en concreto la variante conocida como metilmercurio, es uno de los más tóxicos tanto para animales como para los humanos.