El criterio medioambiental está cada vez más presente en la industria informática. La creciente concienciación de la sociedad, la cada vez más exigente legislación, el tirón publicitario de lo “verde” o el avance tecnológico han supuesto la creación de ordenadores más ecológicos, o menos contaminantes. Las empresas intentan que sus nuevos modelos sean cada vez más eficientes en el consumo de energía, se reciclen mejor, utilicen componentes menos tóxicos, se recarguen con energía renovable, etc., pero no todas son iguales. Este artículo señala los ordenadores más ecológicos y las marcas convencionales que más tienen en cuenta el aspecto medioambiental y se fija en el impacto ambiental de los nuevos sistemas virtuales de la denominada “nube”.
Los ordenadores más ecológicos
Iameco (“Yo soy eco” en inglés): creado por la compañía irlandesa MicroPro Computers, este portátil de pantalla táctil de 15,6 pulgadas genera un 70% menos de dióxido de carbono (CO2) que otro convencional de similares características, gracias a su gran eficiencia energética. El 98% de sus materiales se pueden reciclar y el 20% se pueden reutilizar de forma directa en otros ordenadores, como su carcasa de madera. También usa componentes que facilitan su reparación y actualización, de forma que su vida útil pueda llegar a los diez años, en vez de los tres a cinco años de los convencionales. Los clásicos ventiladores se sustituyen por tubos de cobre y disipadores de calor, con menor consumo energético y un ruido casi nulo. Gracias a este tipo de detalles, es el primer ordenador de su clase en obtener el certificado ecológico de la Unión Europea. Se espera que salga a la venta en septiembre con un precio mínimo de 850 euros.
Recompute: la carcasa de este ordenador de sobremesa es de cartón y su diseño eficiente reduce el uso de materiales, el consumo energético y el ruido para lograr un ciclo de vida sostenible. A pesar de su aparente fragilidad, puede soportar más de 300 kilos de peso. Su importe mínimo es de 477 euros.
Gyy: la empresa de software libre española iUnika presentaba en 2009 este prototipo de portátil de 8 pulgadas. La carcasa, construida con un bioplástico de almidón, harina de maíz y celulosa, era biodegradable y tenía placas solares para recargar su batería. Sin embargo, la empresa ha desaparecido y se ha quedado en una bonita idea.
PlantBook: los coreanos Seunggi Baek y Hyerim Kim proponían este diseño de portátil que imita una planta (de ahí su nombre) al enrollarse como un tronco de bambú y utilizar el agua para recargarse gracias a una pila de combustible que utiliza electrólisis.
Ordenadores de marcas convencionales: ¿cuáles son los más ecológicos?
La organización ecologista Greenpeace publica desde hace varios años diversos informes que evalúan el comportamiento medioambiental de los principales fabricantes de ordenadores y teléfonos móviles. En su última edición de la ‘Guía para una Electrónica más verde‘, lanzada en noviembre de 2011, solo dos compañías aprobaban: HP, con 5,9 sobre 10, y Dell, con 5,1. Se quedaban cerca del aprobado Nokia (4,9), Apple (4,6) y Philips (4,5). Las marcas con peor nota eran RIM (1,6), Toshiba (2,8), LG Electronics (2,8) y Acer (2,9).
En la última Encuesta de Electrónica Verde, dada a conocer a principios del año pasado, Greenpeace invitaba a 21 marcas a probar algunos de sus modelos en siete categorías. En ordenadores de sobremesa ganaba como el más ecológico el HP Compaq 6005 Pro Ultra-slim, en portátiles el Asus UL30A, en netbooks el Acer TM8172, en monitores el Asus VW-247H-HF, en teléfonos móviles el Samsung GT-S7550 (Blue Earth), en televisores el Sharp LC-52SE1 y en teléfonos inteligentes el Sony Ericsson Aspen (M1i).
Algunas de estas compañías sacan modelos en los que el adjetivo ecológico cobra protagonismo. El Samsung NC215S funciona con los paneles solares de su cubierta, el Toshiba Portégé R600 está hecho de piezas de plástico reciclado y sin componentes nocivos para el medio ambiente, el Dell Eco Bamboo tiene la carcasa de bambú, al igual que los de la serie “Bamboo” de Asus, etc.
La “nube” contaminante
Los sistemas de la “nube” (cloud computing) que permiten alojar a los usuarios programas, archivos o datos en Internet en vez de en su propio ordenador son cada vez más utilizados. Su funcionamiento se basa en centros de datos, grandes ordenadores capaces de gestionar mucha información. Estas máquinas consumen una energía que, a medida que su uso es más popular, también aumenta.
Greenpeace se ha fijado en ellas en uno de sus informes, ‘¿Cómo de limpia es tu nube?‘, publicado el pasado abril. Según esta ONG, las principales empresas que emplean este sistema, como Amazon, Apple o Microsoft, se basan en “energías sucias” provenientes en gran parte del consumo de carbón. La empresa de la “manzana” respondía que su huella ambiental es menor y que sus centros de datos utilizan energías renovables cada vez más.