El lince ibérico atisba desde ayer una esperanza de que su especie sobreviva a la extinción a la que parecía abocada durante los últimos años, gracias al nacimiento por primera vez de tres crías en cautividad.
«Saliega», la madre de los tres cachorros que han nacido en Doñana, ha reconocido a sus hijos, a los que ya amamanta, mientras no se descarta que otra de las hembras del programa de cría en cautividad se encuentre también preñada.
Este nacimiento ha sido una sorpresa, ya que los científicos pensaban que «Saliega», una lince de Sierra Morena de dos años de edad, no era madura sexualmente, ya que las hembras de esta especie no suelen procrear hasta los tres años.
Apenas 100 ejemplares
La dramática situación de la especie, de la que podrían quedar apenas 100 ejemplares en libertad, condujo en 1999 a la aprobación de una Estrategia para la Conservación del Lince en la que se fijaron, tras hacer un detallado diagnóstico sobre su localización y amenazas, los objetivos prioritarios en los que se debía basar su conservación y su recuperación.
Fruto de esta estrategia nació el centro de cría en cautividad «El Acebuche», en Doñana (Huelva), con la intervención de la Junta de Andalucía y el Gobierno central a través del Ministerio de Medio Ambiente, donde conviven y han sido emparejados siete de estos felinos, los más amenazados de todo el mundo.
En el momento de aprobarse la Estrategia para la Conservación del Lince, su situación fue calificada por los expertos de «crítica», a pesar de que entonces la población se cifraba entre 500 y 1.000 ejemplares.
España y Portugal
El lince ibérico sólo vive en España y Portugal, y se localiza fundamentalmente en el centro y suroeste peninsular, zonas que tienen en común dos características esenciales: están bien conservadas y el conejo es abundante. Las poblaciones más importantes están en Sierra Morena (Jaén, Ciudad Real y Córdoba) y Montes de Toledo (Ciudad Real y Toledo), y subsisten todavía poblaciones menores en Doñana y en algunos puntos del Sistema Central.
La amenaza del felino se debe a la mortalidad inducida por el hombre durante décadas (la caza, atropellos con automóvil o utilización de métodos no selectivos de control de los predadores), a la reducción del número de conejos a causa de enfermedades como la mixomatosis, y a la fragmentación de su hábitat natural por la construcción de carreteras, líneas ferroviarias o embalses.
El censo más reciente y completo fue elaborado el pasado año, y según éste ya sólo quedan en libertad dos poblaciones reproductoras aisladas, ambas en el sur peninsular y que sumarían el centenar de ejemplares, aunque entre ellos sólo hay 25 hembras reproductoras.
Satisfacción de los ecologistas
WWF/Adena y Ecologistas en Acción han expresado su satisfacción por el nacimiento de los tres ejemplares de lince y esperan que esta buena noticia ayude a la especie a descolgarse la etiqueta de «en peligro de extinción».
Desde WWF/Adena recuerdan que «El Acebuche» es una herramienta más para intentar la conservación de esta especie, y que es necesario realizar más esfuerzos con las dos únicas poblaciones salvajes constatadas en la actualidad. En este sentido, la organización ecologista pide intensificar los esfuerzos para reducir la mortalidad por atropellos en el entorno de Doñana y reforzar la conservación en Andújar (Jaén).
En esta misma línea, Ecologistas en Acción considera que el nacimiento de los linces «abre nuevas técnicas para la conservación de la especie». Sin embargo, aclara que este hecho «no significa que se salve o que vayamos a tener los montes llenos de linces».