Aves antisistema y con gran adaptación
La arquitectura hostil es un estilo de diseño urbano en el que los espacios públicos se construyen o alteran para dificultar su uso. Esto afecta a las personas, por ejemplo, con bancos estrechos para impedir que las personas se sienten o suelos con piedras puntiagudas que evitan poder acostarse allí. Y también animales, como los pájaros que buscan refugio en diferentes sitios públicos. Muchas de estas aves han muerto después de sufrir heridas provocadas por los puntiagudos y peligrosos pinchos que se instalan para ahuyentarlas.
Sin embargo, los animales son capaces de desarrollar una gran adaptación en momentos hostiles: pájaros que fabrican sus nidos con púas, alfileres, agujas y otros artefactos cortopunzantes. Algo fascinante que, a la vez, motiva a la reflexión. «Incluso para mí, como investigador de nidos, ¡estos son los nidos de pájaros más locos que he visto!», publica en un hilo de Twitter el biólogo Auke-Florian Hiemstra, del Centro de Biodiversidad Naturalis (Países Bajos). En colaboración con otros especialistas del Instituto de Biología de la Universidad de Leiden; del Museo de Historia Natural de Rotterdam; y del Instituto Radboud de Ciencias Biológicas y Medioambientales, ha elaborado una de las primeras investigaciones sobre el tema.
Un nido con 1.500 púas
El estudio, que incluye a palomas, urracas y cuervos, surgió después de que los especialistas se percataran de que estos fenómenos eran más comunes de lo que pensaban. «Descubrimos un nido de urraca hecho con púas ‘anti-pájaros’ en un hospital de Amberes (Bélgica). Más tarde, se descubrió un nido de cuervo hecho con pinchos semejantes en Rotterdam (Países Bajos). Mientras redactábamos esta investigación nos llamó la atención otro nido de urraca que también tenía estos materiales en Glasgow (Escocia). Durante el proceso de revisión, una persona compartió el hallazgo de otro nido de urraca similar en Enschede, también en Países Bajos», relatan en el paper.
En concreto, el enorme nido que se encontraron en el hospital de Amberes, el que desencadenó la investigación, contaba con 1.500 pinchos de metal. «En este nido las aves utilizaron hasta 50 metros de clavijas que arrancaron de los aleros. Era una fortaleza impenetrable», dice Hiemstra en un artículo del Centro Naturalis.
Las ventajas de los nidos hostiles
«Las urracas parecen estar usando los alfileres exactamente de la misma manera que nosotros, para mantener a otras especies alejadas de su nido», explica Hiemstra en el artículo. El biólogo, además, describe cómo los pájaros protegen a sus crías: «Las urracas hacen un techo en su nido para evitar el robo de huevos, y específicamente buscan plantas espinosas en la naturaleza para este propósito. Las ramas puntiagudas mantienen alejados a los hambrientos ladrones, pero en la ciudad hay otra opción, los pinchos ‘anti-pájaros’».
Irónicamente, estos artefactos también funcionan como base y sostén del nido. Entre los alfileres y los clavos, los pájaros van enganchando o ‘tejiendo’ otros materiales que van encontrando para formar un nido más fuerte, más difícil de arrancar y más pegado a la superficie. «Estas filas de púas que apuntan hacia arriba pueden ser un sustrato apropiado para un nido, ya que las clavijas ayudan a asegurar las ramitas, especialmente en superficies inclinadas», destaca el investigador en Twitter.
Uno de los casos que ejemplifica este fenómeno es el de la famosa ‘paloma de la estación de Parkdale’, en Australia. En 2018, después de que su nido fuera removido en repetidas ocasiones, y después de que las autoridades colocaran aún más pinchos donde solía anidar, esta paloma construyó un gran nido con fuertes cimientos en donde pudo proteger a sus crías hasta que crecieron y emprendieron su camino.
Nidos de jeringuillas, clavos y preservativos
Los nidos de las aves que viven en las ciudades también están construidos con otros materiales que no provienen de la naturaleza. Hiemstra ha analizado diferentes nidos, algunos expuestos en el Museo de Historia Natural de Róterdam y en la sala LiveScience de Naturalis.
El biólogo ha encontrado que muchos de ellos están elaborados con mascarillas faciales, plantas de plástico, jeringuillas, preservativos, fuegos artificiales, pedazos de gafas de sol, tornillos y clavos. «Incluso las púas afiladas repelentes de pájaros se utilizan como material de anidación. Aparentemente cualquier cosa puede terminar en un nido de pájaros en estos días. No hay nada más loco que esto, ¿verdad?», finaliza el investigador en declaraciones recogidas por el Centro Naturalis.