La pandemia, una oportunidad para aparcar el coche (y cambiar de modelo de movilidad en las ciudades)

En el confinamiento, disfrutamos de una menor contaminación atmosférica y acústica y de un modo de vida más saludable al ir más a pie o en bicicleta. ¿Y si usamos menos el coche?
Por F. J. Recio 18 de septiembre de 2020
coche atasco
Imagen: nile

Durante los meses de confinamiento el coche abandonó las ciudades y los cielos recuperaron su color azul. Nos interesamos más por las bicicletas y los patinetes, e ir andando a todos los sitios donde se podía se convirtió en más que un simple desplazamiento. Sin embargo, el retorno al trabajo y la vuelta al cole casi nos ha devuelto a la casilla de salida y muchas de las buenas (y sanas) costumbres que habíamos adquirido han quedado atrás. ¿Por qué no retomarlas? Con motivo de la Semana Europea de la Movilidad, exponemos algunas razones por las que deberíamos usar menos el coche o, al menos, movernos de una manera más respetuosa con el medio ambiente de forma segura.

Con la llegada de septiembre los coches han regresado a las calles. La rutina y el miedo al contagio por covid-19 en el transporte público pueden ser los responsables de este retorno a las viejas costumbres. Incluso hay indicadores que señalan que el vehículo particular se utiliza más que antes del confinamiento. Uno de ellos es que la venta de vehículos usados de más de 20 años se ha disparado un 31 % en julio. A pesar del teletrabajo, la educación semipresencial o los cambios de hábitos de compra, los niveles de circulación en las ciudades han aumentado y, si bien no están como en marzo, la tendencia apunta a que todo volverá a ser como antes.

Los meses más duros de la pandemia nos han mostrado la cara más amable de nuestro entorno. Hemos disfrutado de una menor contaminación atmosférica y acústica, de un estilo de vida más saludable gracias a los desplazamientos a pie, en bicicleta o en patinete…, hemos aprendido a vivir más despacio. Quizá sea el momento de cambiar definitivamente y dejar el coche aparcado. No se trata de renunciar a nuestra movilidad, sino de hacerla de una manera más respetuosa con el medio ambiente y, a la postre, con nuestra propia vida. Ahora es el momento.

Europa quiere cero emisiones

Desde el 16 y hasta el 22 de septiembre se está desarrollando la Semana Europea de la Movilidad 2020, cuyo lema este año es “Por una movilidad sin emisiones”. En todo el continente se están llevando a cabo acciones que buscan concienciar y animar a la población a cumplir con el objetivo de lograr una Europa climáticamente neutra en el año 2050.

Cerca del 80 % de la población mundial vivirá en zonas urbanas en 2050, lo que hace que las ciudades sean el marco idóneo para poner en práctica cualquier plan que conduzca a la rebaja de las emisiones. Entre las medidas de mayor impacto están:

  • la reducción de las emisiones de carbono en el transporte público y privado, aplicando soluciones que generen bajas emisiones y emisiones cero.
  • el fomento del uso de la bicicleta y los desplazamientos a pie. 

paseo ciudadImagen: Free-Photos

Bicicletas y patinetes, perfectos para la ciudad

El transporte individual como bicicletas y patinetes, tanto eléctricos como convencionales, resultan una excelente opción de movilidad para los recorridos urbanos. Son adecuados para desplazamientos de pocos kilómetros: son más ágiles que otros medios de transporte, no contaminan y, lo que ahora es más importante, restan riesgo de contagio al ser de uso unipersonal. De hecho, 

La bicicleta es el medio de transporte más rápido en recorridos de menos de ocho kilómetros, que son los más habituales en los entornos metropolitanos. En 2019 en España se vendieron más bicicletas que coches, lo que indica que los hábitos están cambiando. Y en el confinamiento también tuvieron su protagonismo.

Fernando Solas, responsable de Formación de Pons de Seguridad Vial, ve posible la transformación: “Cada vez hay más inconvenientes para el uso del vehículo privado, especialmente el turismo. Las ciudades cuentan y/o contarán con zonas de bajas emisiones, hay un problema de contaminación ambiental, el espacio para la movilidad y, especialmente, para el estacionamiento es limitado, sigue aumentando el número de habitantes en las zonas urbanas en detrimento del medio rural…”.

Movilidad a 30 km/h en las ciudades

Para lograr que bicicletas y patinetes ganen definitivamente terreno en las ciudades es imprescindible generar un entorno de convivencia seguro. Para Solas la clave es la reducción de la velocidad, “logrará una pacificación del tráfico y los principales beneficiarios serán los usuarios más vulnerables: motocicletas, ciclomotores, bicicletas y vehículos de movilidad personal”.

Establecer los límites de velocidad por defecto de 30 km/h en las ciudades, o menos, en las zonas urbanas fomenta la seguridad para todos los usuarios de la calzada. “Una limitación de velocidad más baja no implica una velocidad media menor y sí mejoraría la fluidez y la seguridad de la circulación. Muchas ciudades ya han incorporado en sus ordenanzas municipales la limitación de 30 km/h y esperamos que la Dirección General de Tráfico haga lo propio en la Ley de Tráfico”, puntualiza el experto.

¿Volveremos a compartir vehículos?

Los vehículos compartidos —también conocidos como carsharing— también suponen un desahogo en el tráfico de las ciudades y un punto a favor de la disminución de la contaminación. Turismos, motos, bicicletas y patines están disponibles para su alquiler por horas o jornadas completas.

bicicleta alquilerImagen: mochilazocultural

La covid-19 también redujo su demanda, pero todo parece indicar que volveremos a disponer de estos medios de transporte. En China los niveles de utilización ahora son similares a los pre-pandemia. Salas espera que en España se siga la misma tendencia, “las empresas de carsharing están volcadas en la seguridad y han hecho un gran esfuerzo por ganarse la confianza de nuevo de sus clientes”.

Una nueva movilidad… digital y por uso

Para avanzar en una movilidad más sostenible y eficiente, las herramientas digitales constituyen una gran ayuda. La movilidad debe entenderse como un servicio (Mobility As a Service, conocido por MaaS, por sus siglas en inglés) para promover un estilo de vida multimodal. De esta forma, y a través de aplicaciones, como Moovit, que ofrecen información en tiempo real sobre las opciones de transporte, el usuario puede elegir el que más le convenga en cada momento, incluso ir andando.

Al final el objetivo es que, poco a poco —sin pausa y con prisa—, el coche particular abandone el entorno urbano. Y esto, según el experto de la Fundación Pons de Seguridad Vial, terminará ocurriendo. “En los últimos años hay una tendencia que está cambiando la movilidad: se está restringiendo el uso del vehículo privado; ahora la movilidad se entiende como la respuesta a una necesidad de utilizar el transporte idóneo: el pago por uso, a través del renting o el carsharing, es el futuro; y de los vehículos de cuatro ruedas se está pasando a los de dos, tanto motocicletas como bicicletas”, comenta.

Cómo evitar contagios en el transporte público

El transporte público es percibido como un lugar con alto riesgo de contagio por un gran número de personas. Son espacios cerrados, poco ventilados, con elevadas tasas de ocupación y en los que es muy difícil mantener la distancia de seguridad. Sin embargo, el consenso internacional apunta que el riesgo de contagio en el transporte público se sitúa entre el 1 y el 0,005 %.

Para minimizar la posibilidad de contagio sigue estas pautas:

  • Utiliza la mascarilla. En todo momento debes llevar bien colocada la mascarilla, tapando la boca y la nariz. No la toques, muevas o te la quites.
  • Evita las horas punta. Siempre que sea posible, intenta no coger el metro o el autobús en las horas de mayor afluencia de viajeros. Valora modificar tus horarios para evitar coincidir con mucha gente.
  • Mantén la distancia de seguridad. Al menos asegura un metro y medio de distancia con el resto de pasajeros. Hazlo también en la parada o en el andén, al entrar al autobús o al metro y durante los desplazamientos por las estaciones: pasillos, escaleras y ascensores.
  • Deja plazas libres. Evita sentarte junto a otra persona y deja una plaza libre en medio. No escojas los asientos enfrentados a otro viajero si no puedes mantener el metro y medio de distancia.
  • Minimiza el contacto con cualquier superficie. No toques los asientos, reposabrazos, barras de sujeción, puertas, pasamanos de escaleras… No utilices el ascensor.
  • Lávate las manos. Utiliza gel hidroalcohólico con frecuencia y siempre que toques cualquier superficie.
  • No comas ni bebas. Para hacerlo tendrás que quitarte la mascarilla y correrás un riesgo innecesario.
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