Por tierra, mar y aire. Así aprovecharán la energía solar los paneles solares del futuro. O por lo menos es lo que pretenden algunos proyectos propuestos por empresas de diversas partes del mundo, entre las que se encuentra una española.
A simple vista resulta paradójico, pero Emiratos Árabes Unidos puede convertirse en un ejemplo digno de imitar en el campo de las energías renovables. Si bien tiene una de las mayores reservas mundiales de crudo y gas, también es el que más recursos naturales per cápita gasta. Este insostenible contrapunto, símbolo de la actual situación energética mundial, ha llevado a sus responsables a plantearse planes vanguardistas en los que el petróleo queda relegado.
Además de una ciudad totalmente sostenible, se está construyendo frente a su costa una «isla solar flotante» que podría estar acabada para finales de 2010. Los creadores de este sistema, la empresa privada de I+D CSEM (Centro Suizo de Electrónica y Microtécnica), afirman que podrá generar unos 6,5 kilovatios/hora por metro cuadrado y día. Asimismo, otra de las posibles aplicaciones sería convertir el agua del mar en hidrógeno.
El complejo es una especie de instalación de energía solar térmica de concentración, pero, en vez de estar ubicado sobre tierra, se trata de una estructura circular de 100 metros de diámetro que flota sobre una plataforma. La «isla» dispone de unas membranas plásticas con espejos que concentran los rayos solares sobre el agua. Al calentarse, se crea un vapor que conducido por una turbina genera energía. Asimismo, aseguran desde el CSEM, la plataforma se puede alinear totalmente con el sol, de modo que consigue la máxima eficiencia sin complicados sistemas de seguimiento solar.
A simple vista resulta paradójico, pero Emiratos Árabes Unidos puede convertirse en ejemplo en el campo de las energías renovablesLa empresa suiza lleva tres años trabajando en esta tecnología, aunque será esta planta la primera que construyan. El emirato de Ras al Khaimah, donde se ubica, financia la obra con una inversión de algo más de tres millones de euros. En este video se les puede ver in situ explicando el proyecto.
No obstante, las dudas y críticas a esta instalación son diversas. Para empezar, se cuestiona la necesidad de su ubicación acuática, cuando la concentración solar terrestre ya funciona en desiertos con vastas extensiones sin aprovechar. Asimismo, la forma de transmitir la electricidad generada es otra de las dudas, así como su resistencia a los fenómenos naturales. También se destaca que la «isla solar» será efectiva en caso de recibir al menos 330 días de sol al año, algo al alcance de pocos lugares del planeta.
Por su parte, los defensores de este sistema explican que no todos los países disponen de este tipo de terrenos, y que no se puede desdeñar una forma más de aprovechar la energía solar. Asimismo, recuerdan que los sistemas eólicos en alta mar ya han probado que los sistemas de cableado son eficaces, y aseguran que el sistema es capaz de resistir una fuerte tormenta.
Nenúfares y globos solares
Diversas empresas cuentan con proyectos para ubicar células fotoeléctricas sobre el agua. Por ejemplo, la multinacional japonesa Sharp ha creado una plataforma flotante de resina que sujeta los paneles. El sistema ha costado algo más de un millón de euros, y es capaz de generar hasta 200 kw.
Imagen: inhabitatPor su parte, la empresa escocesa ZM Architecture ha diseñado unos paneles solares con forma de nenúfar. La idea, ganadora de uno de los premios Idesign, consiste en dejarlos flotar por los ríos para que recojan la energía del sol, y de paso, revitalizar las zonas fluviales. Sus responsables afirman además que pueden moverse y desarmarse de manera sencilla, y cuentan con un sistema de rotores que les permite orientarse hacia los rayos solares. El diseño de estos «nenúfares solares» ha interesado a los responsables de la ciudad de Glasgow, que pretenden iniciar un proyecto piloto para estudiar su viabilidad.
Y no sólo se quiere aprovechar el medio marino: investigadores del Instituto Tecnológico de Israel (Technion) proponen unos globos de helio cubiertos de células solares fotovoltaicas. El mismo cable que suministra el helio al globo transportaría la electricidad al suelo.
Los responsables de la idea afirman que su coste, si fuera producido en masa, podría rondar los 445 euros por metro cuadrado con las actuales placas solares. Por el momento, han instalado dos prototipos en una zona urbana y en otra en el desierto. Asimismo, afirman que con dos de estos globos se podrían cubrir las necesidades energéticas de un hogar, si bien reconocen que su aplicación más oportuna es en áreas marinas aisladas, como islas, donde la superficie terrestre está muy limitada.
La empresa asturiana Energías Renovables del Principado (Erpasa) ha creado “aQuätil”, un sistema que también pretende llevar la energía solar fotovoltaica al medio acuático. En este caso, se trata de unas plataformas de diez metros de largo y 2,5 metros de ancho con capacidad para nueve módulos solares. La estructura va anclada al fondo y una línea de boyas sirve para señalizarlo y transportar la energía a tierra.
Imagen: Erpasa
Sus responsables no descartan su uso en zonas tranquilas de alta mar, aunque su diseño está más pensado para embalses, balsas de regadío y pantanos. No obstante, en este último caso se presentan problemas legales, ya que en la actualidad no se permite emplazar nada sobre ellos. Por ello, los impulsores de esta empresa creen que su principal negocio se encuentra en el Levante español, y de hecho, ya disponen del primer prototipo para balsas de regadío en Murcia.