Papel con semillas. Papel de usar y plantar. Papel que no usa fibra vegetal en su fabricación, pues no se necesita talar árboles para obtenerlo, sino que aprovecha los restos de algodón que sobran en la confección de ropa y, de paso, ayuda a hacer más sostenible el armario. El papel germinable ya es una realidad. Pequeños y medianos proyectos dentro y fuera de España se afanan en crear papel de usar y plantar sobre el que se puede escribir y, después, transformar en una planta aromática o con flores. Pero, ¿qué es el papel de usar y plantar? Y ¿cómo ayuda a cuidar del planeta?
Dar al papel una segunda vida… en forma de planta. Esta es la idea que hay detrás del papel de usar y plantar. El papel plantable es una propuesta ambiental que crece y se consolida como modelo de negocio de pequeñas y medianas empresas. Ocurre fuera de España, con proyectos como el de Botanical PaperWorks, en Canadá, o Greengiving, en Holanda, pero también dentro de nuestro país. Papel ensemillado El papel de usar y plantar no se hace con celulosa, sino con el algodón que sobra de la industria de la moda, y que de otro modo acabaría en la basura, y al que se le añaden semillas de manzanilla o amapola
Es el caso del papel de usar y plantar de Sheedo, un proyecto joven con el que cinco emprendedores ambientales que no llegan a la treintena de edad han decidido revolucionar la industria papelera. «Nuestra idea surgió cuando buscábamos un empaquetado reutilizable para una marca de alpargatas que queríamos crear. Deseábamos que nuestro producto fuera totalmente circular y, por ello, el envoltorio debía tener una segunda vida. Pero cuando conocimos el concepto del papel ensemillado, un papel que se puede sembrar, nos olvidamos de las alpargatas y decidimos investigar el tema del papel», cuenta Lola Tello, una de las creadoras de Sheedo, un proyecto que fabrica papel semilla con el que persigue meter parte de la naturaleza en los hogares más urbanitas.
Para hacer papel de usar y plantar no usan celulosa, sino algodón blanco residual de la industria textil. Si la fécula de la patata sirve para crear bioplástico con el que realizar impermeables biodegradables, ellos fabrican el papel planta con las fibras de algodón que sobran de la industria de la ropa y que, de otro modo, acabarían en la basura. «Además, como el algodón ya es blanco, no necesitamos usar ningún químico tóxico para el blanqueamiento del papel, y el agua se puede reutilizar», dice Tello. Ella es una de los casi 7.200 emprendedores que desarrollan su actividad dentro del sector del medio ambiente en España, un área que crece de forma sostenida, según Red emprendeverde (ReV), una plataforma de economía verde impulsada por la Fundación Biodiversidad.
Papel que será planta
No es necesario, por tanto, plantar ni talar árboles para fabricar este papel; tampoco utilizar productos químicos para blanquearlo (que acaban contaminando el suelo y el agua). El resultado es un papel sobre el que se puede escribir, aunque es biodegradable y 100% sostenible. Pero lo más sorprendente es que este papel con semillas se puede plantar después de usarlo: contiene semillas de manzanilla, zinnia, tomate, zanahoria y de eneldo, plantas que germinan con facilidad, incluso en manos de jardineros aficionados.
El papel plantable es, asimismo, la apuesta de negocio verde de Natural Branding, una empresa vasca especializada en campañas de publicidad ecológicas. «Como no usamos pasta de papel, sino las fibras de algodón que se desperdician de la fabricación de prendas de vestir, no necesitamos talar árboles», dice Fernando Orozco, su gerente.
En su empresa, la pulpa de fibra de algodón la espolvorean con semillas de amapola centaurea o de rudbeckia. Así, un cuaderno o una tarjeta de visita que ya no usa, se podrá transformar en una planta con flores. Otros de sus productos de cartón -como invitaciones de boda- se convierten en plantas aromáticas que se pueden emplear en la cocina, entre ellas, manzanilla y hierbabuena. Ahora están probando a germinar la lavanda.
El papel de usar y plantar fomenta, además, el reciclaje de residuos. «Con la cantidad de papel que empleamos en el mundo, no deberíamos estar fabricando más papel a partir de la celulosa de los árboles: reciclar el papel y otras fibras naturales que tenemos sería suficiente para abastecer el mercado del papel», confiesan desde Sheedo.
Plantar el papel en una maceta…
«Para transformar una tarjeta en una planta de amapola o hierbabuena, hay que dejarla a remojo un día, cubrirla con tierra en una maceta, regarla y dejarla cerca de una ventana», explica Fernando Orozco, de Natural Branding
¿Y cómo transformar una invitación de boda en una planta? «¡Es muy sencillo!», asegura Tello. «Una vez que la invitación ha cumplido su uso, coges una maceta llena de tierra y la colocas en la superficie. Luego la cubres con un poco de tierra y la riegas con un vaso de agua. Hay que colocar la maceta cerca de la ventana para que le dé luz solar y regarla cada día. ¡Alrededor de una semana después aparecerán los primeros brotes!», relata.
Orozco añade otro consejo para tener éxito al convertir el papel con semillas en una planta: «Primero conviene dejar el papel en agua durante la noche, antes de ponerlo sobre la tierra de la maceta y cubrirlo ligeramente». ¿Otro secreto para garantizar el germinado del papel semilla? Mantener la maceta a una temperatura de alrededor de 22 ºC. «Y no dejar que se seque. En 8 o 10 días el papel germinará», augura Orozco. Después, recomienda, cuidar esas plántulas con «mucho mimo y delicadeza», sin ahogarlas y proporcionándoles luz y calor.
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