Los parques urbanos no deberían ser un lujo, sino un elemento indispensable de las ciudades que más se esfuerzan por la calidad de vida de sus vecinos y del medio ambiente. Diversos expertos y estudios apuntan toda una serie de ventajas ambientales, económicas y sociales de poseer parques en las urbes. Este artículo señala nueve razones para que los habitantes de las ciudades exijan más y mejores parques y zonas verdes en su entorno cercano.
1. Mejoran la salud de los ciudadanos
La contaminación atmosférica urbana, provocada sobre todo por el tráfico rodado, provoca diversos problemas de salud, en especial en niños, ancianos y personas con enfermedades cardiorrespiratorias. Los árboles y otros elementos verdes de un parque contribuyen a purificar el aire y generar un medio ambiente más limpio. Los parques son también lugares idóneos para la práctica de actividades deportivas y de ocio que aumentan la calidad de vida de quienes los realizan.
2. Contribuyen a luchar contra el cambio climático
Los parques urbanos generan un medio ambiente más saludable para los ciudadanosUn reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Hamburgo (Alemania) señala la importancia de que las ciudades tengan terrenos sin pavimentar y verdes para combatir el cambio climático. Los árboles y el resto de la vegetación absorben el dióxido de carbono (CO2), uno de los principales gases de efecto invernadero, y mitigan el cambio climático.
3. Suponen un refugio para la biodiversidad
Los parques de las ciudades y, en especial, los anillos verdes o los espacios verdes periurbanos, alrededor de los núcleos urbanos, constituyen el hogar de numerosas especies vegetales y animales. La vida en este entorno natural, rodeado de estructuras metropolitanas y seres humanos, constituye un reto adaptativo que algunas especies logran de formas sorprendentes.
4. Reducen el efecto de las islas de calor
Las grandes ciudades pueden llegar a ser sofocantes. El fenómeno conocido como «isla de calor« provoca que los termómetros puedan subir varios grados más que en las zonas limítrofes no urbanas. El aumento del calor conlleva diversos efectos negativos: un mayor consumo energético destinado a climatización, riesgos para la salud, en especial para niños o ancianos, o la alteración de la llegada de las estaciones. Los parques atemperan el ambiente y reducen dicho efecto en los núcleos urbanos.
5. Revalorizan el atractivo económico y turístico de la ciudad
Los parques y zonas verdes son bienes urbanos que revalorizan los edificios y viviendas de sus aledaños. Además, constituyen un valor turístico más junto al resto de atractivos de la ciudad. Las capitales verdes europeas son un buen ejemplo al respecto. Sus responsables consiguen una buena calidad de vida para sus habitantes y para quienes se acercan a ellas y buscan un tipo de turismo diferente, más sostenible.
6. Conciencian a los ciudadanos
Los parques ponen a los ciudadanos en contacto con la naturaleza. Al disfrutar de estos espacios verdes, la concienciación por el cuidado del medio ambiente aumenta. Los esfuerzos de educación ambiental se facilitan en un parque urbano, al poder entablar una relación directa con el entorno. Padres y profesores tienen en los parques una oportunidad cercana de trasladar valores ecológicos a los niños.
7. Constituyen un frente contra la contaminación acústica urbana
El ruido es una forma de contaminación con diversos efectos negativos en las personas y el medio ambiente que se ha generalizado en los núcleos urbanos. Los parques reducen la cantidad de decibelios y proponen sonidos más relajantes.
8. Favorecen la interacción social
Las ciudades son espacios que dificultan las relaciones personales. Los parques son puntos de encuentro y de esparcimiento ciudadano que generan sentimiento de comunidad. La participación activa de movimientos de barrio o de colectivos para conservar y recuperar estos espacios verdes estimula el sentimiento de pertenencia al entorno.
9. Aumentan el sentimiento de seguridad
Diversos estudios señalan que los parques y el resto de zonas verdes y ajardinadas aumentan la sensación de seguridad en los vecinos y disminuyen la criminalidad y las expresiones de violencia. La creación del sentimiento colectivo, de disfrutar de una mayor calidad de vida y de reducir el estrés que generan las ciudades son algunos elementos que ayudan a explicarlo.