🔥 El estrago de los incendios forestales en España
Hay un hecho cierto. En las últimas dos décadas, la mayor concienciación ciudadana, la creciente persecución de los delitos incendiarios y la mejora de los equipos de extinción han reducido en un 37 % el número de incendios que se producen al año en España.
Pero las cifras continúan siendo muy preocupantes: cada año sufrimos una media superior a 10.500 siniestros, que arrasan una superficie equivalente a 100.000 campos de fútbol. En los seis primeros meses de 2022 han ardido cerca de 70.000 hectáreas en 12 ‘superincendios’, que son los fuegos donde se queman más de 500 hectáreas.
🔹 Principales causas de los grandes incendios
Los ‘superincendios’ apenas suponen el 0,18 %, pero afectan al 40 % de la superficie total. La combinación de las consecuencias del cambio climático —como las olas de calor prolongadas—, las sequías y la baja humedad, una vegetación muy seca y al abandono en la gestión forestal nos coloca en un alto riesgo de sufrir grandes incendios de una virulencia hasta ahora desconocida. Todavía ocurren en una proporción muy baja, pero suponen daños catastróficos para el paisaje, la economía de un país y la vida de sus habitantes. Y desde WWF lo venimos advirtiendo desde hace tiempo.
Un ejemplo reciente es el incendio de la Sierra de la Culebra, en Zamora, que se ha convertido en uno de los más graves y devastadores del siglo XXI. Las llamas devoraron un espacio natural muy valioso, Reserva Regional de Caza y Reserva de la Biosfera, donde habita la población con mayor densidad de lobos de Europa, y ha dejado tras de sí graves daños sociales para el medio rural y sus habitantes. Personas que se han sentido abandonadas a la suerte de las llamas y han manifestado su absoluta indignación por la insuficiencia de efectivos de prevención y lucha contra el fuego. Una muestra de a qué tipo de incendios nos estamos enfrentando en el siglo XXI.
🔹 Pastoreo contra incendios
La actual peligrosidad del fuego tiene dos factores clave: el cambio climático y el abandono generalizado del territorio. Las condiciones meteorológicas extremas amplifican la virulencia de las llamas porque aceleran su propagación y el abandono de los usos tradicionales, como la ganadería extensiva o la silvicultura, transforma el paisaje en un auténtico polvorín.
Necesitamos crear bosques y masas forestales más resistentes a las altas temperaturas, a largos periodos de sequedad y al abandono. Tenemos que transformar el territorio hacia paisajes más resistentes al fuego, invirtiendo en desarrollo rural, promoviendo políticas que generen empleo rural y fomenten las actividades económicas sostenibles como la ganadería extensiva o la gestión forestal responsable. Solo con bosques y masas forestales más resistentes al cambio global conseguiremos que el propio paisaje sea el mejor cortafuego.
Todo esto supone, además, una gran oportunidad para hacer frente a otro de los grandes retos: la despoblación rural. Las administraciones públicas deben identificar las zonas estratégicas y promover un manejo pastoral planificado y ordenado que permita compatibilizar el aprovechamiento con la conservación, estableciendo pagos justos a los pastores por la prestación de servicios ambientales.
Estas propuestas para prevenir incendios se recogen en el informe anual de incendios de WWF, este año centrado en el ‘Pastoreo contra incendios‘.
🔹 ¡STOP incendios!
Tenemos que parar la «ola de fuego» que azota España y recorre el planeta. No podemos permitir que nuestro país arda sin control y que el planeta quede arrasado por las llamas. Es mucho lo que tenemos que cambiar, y para ello pedimos que te unas a nuestra campaña ‘STOP Incendios‘.