¿Sabes que es la pirámide del aprovechamiento o jerarquía de residuos en el ámbito alimentario?

Jerarquizar los residuos alimentarios en una pirámide ayuda a minimizar los desperdicios. Las acciones se centran en prevención, reducción, reciclaje, recuperación de residuos y, por último, eliminación
29 de septiembre de 2024. Este artículo de Sonia Recio también fue publicado en nuestra web el 27 de septiembre de 2022
desperdicio alimentario
Imagen: Ylanite Koppens
Los alimentos tienen valor más allá de su vida útil para el consumo humano. La clave está en detectar dónde hay pérdidas y articular medidas para desplazar el alimento a un estrato inferior en el que aún tenga utilidad. Con esta jerarquización de residuos se busca minimizar el desperdicio alimentario dentro de tres fases: prevención, reducción y gestión de residuos. Es lo que se llama la pirámide del aprovechamiento o jerarquía de residuos.

La pirámide del aprovechamiento

Los residuos pueden (y deben) jerarquizase para minimizar el desperdicio. Valerse de la pirámide del aprovechamiento proporciona una serie de medidas que gobiernos, agricultores, fabricantes, distribuidores y consumidores tienen que priorizar. El objetivo es ofrecer la mejor opción ambiental para tratar los residuos alimentarios. Supone desde prevenir la pérdida de alimentos hasta eliminar los desechos.

Las pérdidas se producen en distintos ámbitos:

🔻 ​ 11 % en la producción

🔻 ​ 5 % durante la fabricación o transformación

🔻 ​ 19 % en la comercialización

🔻 ​ 12 % desde la restauración

🔻 ​ 53 % en los hogares

La pirámide del aprovechamiento tiene una estructura invertida. Para los residuos establece tres niveles o acciones a seguir: prevención, reducción y gestión. El fin es minimizar el desperdicio alimentario para que sea, si es posible, nulo.

1. Prevención

Consiste en utilizar menos materias primas, ingredientes y productos no aprovechados para que no se conviertan en residuos. Por ejemplo, los desechos que se obtienen en la producción de zumos prensados en frío —como pulpa, semillas y pieles— se emplean en la elaboración de productos enriquecidos, ya que estos excedentes son ricos en fibra, vitaminas y compuestos bioactivos.

2. Reducción

✔️ Redistribución de alimentos para el consumo humano

Entregar los excedentes de la producción o los alimentos que no se venden a bancos de alimentos es un buen ejemplo de cómo se consigue este objetivo.

✔️ Emplear los residuos en la alimentación animal

Los restos de la fabricación de cerveza, como la cáscara de los cereales, pueden utilizarse para la elaboración de piensos destinados a la acuicultura.

pienso animal
Imagen: Andreas Göllner

3. Gestión de residuos

✔️ Reciclaje

Implica la transformación de los residuos para obtener biogás o compostaje. Como ejemplo, el empleo de restos procedentes de cultivos de maíz y cereales para generar biogás, una fuente de energía que se utiliza para producir energía eléctrica, térmica y biocombustible.

✔️ Recuperación de residuos

Supone la incineración para generar energía (en forma de calor, electricidad). La quema de residuos agrícolas, como restos de árboles o de cosechas, y su utilización para la generación de energía eléctrica o térmica es un modelo.

✔️ Eliminación

Consiste en la incineración sin recuperación energética y vertido en vertederos. Según el informe ‘El desperdicio alimentario en la industria y la gran distribución en España de 2020‘, el 5 % de los desechos de la industria alimentaria acaba en los vertederos.

desperdicio basura
Imagen: Pasi Mäenpää

🤔​ Pérdida y desperdicio: ¿son lo mismo?

A través del Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, que se celebra el 29 de septiembre, se hace un llamamiento a la acción tanto al sector público como al privado (empresas y particulares). Pretende establecer prioridades y avanzar valiéndose de la innovación para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos.

Aunque a menudo suelen confundirse, pérdida y desperdicio alimentario no son lo mismo. Para medir ambos objetivos, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se propuso la creación de dos índices:

➡️ Índice de Pérdida de Alimentos (IPA)

Este indicador, recopilado por la FAO, analiza qué se pierde durante la producción o en la cadena de suministro alimentaria antes de que los alimentos lleguen a los comercios minoristas (sin incluir estos). Por ejemplo, este indicador recoge la pérdida de productos frescos que se desechan porque no cumplen las normas del mercado en cuanto a forma, color o madurez y se retiran antes de llegar a la venta.

Según estimaciones de la FAO en un informe realizado en octubre de 2019, en el mundo cerca del 14 % de los alimentos se pierden antes de que se puedan vender.

➡️​ Índice de Desperdicio de Alimentos (IDA)

Elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), este indicador determina la cantidad de desechos que se producen en los puntos de venta, restaurantes y hogares. Por ejemplo, cuantifica los alimentos que se caducan y son desechados en los comercios o por los consumidores.

Según este indicador, el 17 % del total de alimentos disponibles para los consumidores en 2019 se desperdiciaron. De los 931 millones de toneladas de alimentos que se desecharon ese año, el 61 % se tiró a la basura en los hogares, el 26 % en la restauración y un 13 % en los comercios minoristas.

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